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Ingrid Betancourt ¿una razón de Estado o de amor?

Ingrid Betancourt ¿una razón de Estado o de amor?

martes 15 de enero de 2008, 03:35h

Una auténtica bomba política estalló bajo el sillón del primer ministro francés, Dominique de Villepin, cuando esta semana salió a la venta Ingrid Betancourt. ¿Historia de amor o razón de Estado?. En las 240 páginas explosivas de ese libro, el periodista Jacques Thomet revela que los esfuerzos realizados por Francia para obtener la liberación de la colombiana Ingrid Betancourt, secuestrada por las FARC el 23 de febrero de 2002, obedecen a una serie de "excitantes historias de alcoba" transformadas en razón de Estado.

Thomet -que reunió abundante información, testimonios y documentos clasificados durante los cinco años que dirigió la oficina de la Agencia Francesa de Prensa (AFP) en Bogotá-, asegura que los verdaderos motivos de ese despliegue diplomático son dos.

Un ménage à trois...  Villepin: Amante de las dos hermanas

El primero, afirma, es que Villepin fue amante de las hermanas Ingrid y Astrid Betancourt cuando ambas eran estudiantes en París.

La segunda razón es que el ex embajador francés en Bogotá, Daniel Parfait, abandonó a su esposa Nicole y comenzó a vivir una aventura sentimental con Astrid Betancourt.

Parfait, cuya carrera diplomática estaba casi terminada cuando llegó a Colombia, convirtió el secuestro de Ingrid Betancourt en una coraza política.

Cualquier medida administrativa hubiera sido interpretada como una sanción por su dedicación a la liberación de la rehén.

Actualmente, como jefe de la Dirección de América Latina, Parfait es uno de los funcionarios más importantes de la cancillería francesa. Pero su prestigio sufrió un duro revés en los últimos días, cuando el ministro de Relaciones Exteriores, Philippe Douste-Blazy, le retiró el manejo del caso Betancourt.

Thomet denuncia en su libro los esfuerzos desproporcionados que realizó Francia para obtener la liberación de Betancourt, que "ni siquiera es realmente francesa", pues obtuvo la nacionalidad gracias a un primer casamiento con el ex diplomático Fabrice Delloye.

En contraste, argumenta, Francia no hizo el menor esfuerzo por obtener la liberación de Aida Duvalier, otra francesa secuestrada por las FARC en abril de 2001, y persiste en ignorar la suerte de las otras tres mil personas que permanecen en poder de las guerrillas.

"La palabra rehenes -agrega- tampoco aparece una sola vez en las 249 páginas de las memorias" publicadas por Ingrid Betancourt poco antes de su secuestro (La rabia en el corazón).

Una "Operación rescate" que  fracasó en Brasil

Thomet acusa igualmente a Dominique de Villepin de haber organizado, cuando era canciller, una rocambolesca operación de los servicios secretos para tratar de liberar a Ingrid Betancourt, en julio de 2003. El montaje se derrumbó como un castillo de naipes cuando los brasileños descubrieron en el aeropuerto de Manaos el avión Hércules C-130 que transportaba al comando de "gorilas" encargado de intervenir.

El libro sostiene a la vez que en 2005 un emisario francés se reunió cinco veces con las FARC en territorio colombiano sin informar al gobierno de Bogotá, una iniciativa que estuvo a punto de provocar la ruptura entre ambos países.

Thomet denuncia que, como parte de la "gestión sentimental y afectiva" del caso Betancourt, Francia presiona indebidamente al presidente colombiano Álvaro Uribe para que negocie con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) un canje de guerrilleros por rehenes. "No es Uribe sino la guerrilla quien secuestró a Betancourt", recuerda.

Pérdidas en ventas para Francia

Entre otras consecuencias negativas, el extraño manejo del caso Betancourt le hizo perder a Francia importantes ventas de armas a Colombia por valor de 700 millones de dólares.

Todas esas revelaciones pueden tener el efecto de una bomba. Su onda expansiva puede alcanzar incluso al presidente Jacques Chirac, considerado como el protector de la carrera política de Villepin.

El libro termina diciendo que, en realidad, Ingrid Betancourt no desea recuperar la libertad porque al parecer tuvo un hijo con el ideólogo de las FARC, Alfonso Cano, considerado como probable sucesor del líder guerrillero Tirofijo.

Se siente en el ambiente que se están cayendo velos que tapan feos asuntos… Se siente tabién un olor a escándalo que avanza, tanto por el lado del “Altruismo” galo, como por la “humanisima” intervención del belicoso y sesgado teniente coronel Chávez.

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