Paradojas históricas

Esto de democracia participativa, ¿incluye a los que piensan diferente?

Un viceministro de Cultura venezolano, de paso por Ecuador, se pronunció en una entrevista para un medio de comunicación en contra de un pensamiento único “que se quiere imponer y amenaza con convertirnos en consumidores más o menos parecidos” y señaló la necesidad del diálogo.

¿A quién estaría llamando la atención este funcionario bolivariano? ¿Acaso a su propio presidente, o al nuestro?

El funcionario se pronunció contra el “pensamiento globalizador”, es decir, que no acepta la diversidad ideológica y cultural. A lo que añadió que es necesario propugnar el diálogo intercultural y alentar la idea de que "todos somos creadores". ¿Habrá tomado en cuenta que en el diálogo se necesitan una parte y una contraparte?

No sabemos si este individuo alcanzó a oír alguna de las cadenas radiales sabatinas de Correa, o si ha asistido a las de Chávez.
 
Mas es curioso que dijera que la cultura, que es "la suma de las almas colectivas de cada pueblo", y que no defiende una "cultura encerrada en sí misma", pues ésta "se construye por la sumatoria y la interrelación".

Dijo, además, que en Venezuela "defendemos la teoría de un Estado docente", que "contribuye a crear ciudadanía" por la vía de la democracia participativa.  Esto de democracia participativa, ¿incluye a los que piensan diferente? Todo parece indicar que no.

En estos tiempos muchos pierden la memoria, y es bueno, de cuando en cuando, refrescársela. En el continente, a la derecha de hoy se le niegan los espacios de expresión que antaño consintió que tuvieran las izquierdas que hoy nos gobiernan. Paradojas históricas, sin dudas.