No obstante, reiteró que los posibles aumentos de la demanda de gas boliviano desde esos dos países, que se prevén para el próximo invierno austral, deberán ser analizados en una reunión tripartita entre los presidentes Evo Morales, Lula y Cristina Fernández de Kirchner.
La fecha y lugar de la reunión aún no han sido definidos, pero fuentes diplomáticas dijeron a Efe que el encuentro podría ser en Buenos Aires, el próximo 22 ó 23 de febrero, en el marco de una visita que Lula hará a Argentina.
Según García Linera, la intención es adelantarse a los "tiempos críticos", como calificó a los meses de junio, julio y agosto, en pleno invierno austral, en los que se espera una mayor demanda de gas tanto de Argentina como de Brasil. "Es importante que los tres países unifiquen los criterios y necesidades de una política energética regional que satisfaga a todos", indicó.
El vicepresidente insistió en que la discusión sólo deberá ser en torno a "nuevos volúmenes", pues Bolivia "garantiza" los entre 27 y 29 millones de metros cúbicos gas que envía cada día a Brasil y los casi tres millones que exporta a Argentina.
García Linera dijo que Bolivia espera además para este año un flujo "récord" de inversiones para su industria de hidrocarburos, que evitarán esas incertidumbres en 2009.
Según sus cálculos, las inversiones este año superarán los 1.000 millones de dólares, contra el pico histórico de 700 millones de dólares que la industria petrolífera boliviana alcanzó en 1999.
Atribuyó ese flujo de capitales a las definiciones alcanzadas una vez superados los temores surgidos cuando, en mayo del 2006, el Gobierno de Evo Morales decidió nacionalizar los hidrocarburos.
"Ahora hay reglas claras, fijas, certidumbre, mercados antiguos y nuevos y un buen precio internacional", con lo que se ha configurado un panorama mucho más atractivo para las empresas del sector, dijo. También explicó que los futuros aumentos de la oferta exportable dependerán de que esos flujos de capitales se mantengan y crezcan.
En ese sentido, valoró especialmente la retomada de inversiones anunciada por la estatal brasileña Petrobras, que tiene planes de colocar entre 750 y 1.000 millones de dólares en Bolivia durante los próximos años.
También señaló que Bolivia sigue con "atención" y "detenimiento" los planes de Brasil para construir dos represas hidroeléctricas en el fronterizo río Madeira y que hasta ha planteado la posibilidad de "un trabajo conjunto" en esas instalaciones.
García Linera señaló que, más allá del área energética, discutió con Lula algunos proyectos de infraestructura para los que Bolivia precisa de financiación, como es el caso de una carretera entre el altiplano y la región amazónica boliviana.
Ese eje vial, conocido como la "Marcha al Norte", deberá unirse al "Corredor Interoceánico", que irá de los puertos peruanos de San Juan de Marcona, Matarani e Ilo hasta la ciudad brasileña de Assis, en el estado amazónico de Acre, fronterizo con Bolivia.
Según García Linera, todavía queda por construir un tramo de 500 kilómetros de la "Marcha del Norte", que requiere una financiación de 400 millones de dólares que, posiblemente, podrían ser aportados por el Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES) de Brasil.
El vicepresidente boliviano concluirá su visita a Brasil mañana, en Río de Janeiro, donde se entrevistará con directivos del BNDES y de Petrobras, para analizar los proyectos en curso desde un punto de vista "más técnico", indicó.
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