www.diariocritico.com
¿Militares en campaña?

¿Militares en campaña?

sábado 23 de febrero de 2008, 15:05h
La jerarquía eclesiástica entro en campaña electoral hace semanas y lo hizo con fuerza al pedir de hecho el voto para el PP con acusaciones muy gruesas para el PSOE y el Gobierno al que sustenta. Las reacciones de ese gobierno fueron tibias, según muchos, justificadas tal vez por la cercanía de las elecciones y la “marcha hacia el centro” iniciada por los asesores de Zapatero. Veladas y medidas señales de una posible revisión de los acuerdos con el Vaticano – ya vale, que lo que hay es un acuerdo, que lo del concordato es cosa del pasado – que eran contundentemente desmentidas más tarde. El PSOE ha preferido dejar que sean otros, dentro de sus filas, quienes pidan más firmeza en lugar que hacerlo desde las alturas. Consecuencia: la clerontocracia se crece en sus críticas y sus voceros  “civiles”, no veas.

Ahora se han dado unos hechos en los que se cambia jerarquía por casos aislados y la púrpura y el negro de sotanas y capelos por el caqui del uniforme militar. En los últimos días se han dado tres casos en la familia militar que los medios han destacado y que han creado la sensación de que algo pasaba fuera del control en la “cosa militar”. Por un lado, un coronel en Galicia envía un informe criticando la Ley de la Memoria Histórica, lo que le cuesta un mes de arresto. Un general, Blas Piñar, se dirige a sus superiores con críticas sobre su situación y la negativa a dale los destinos que deseaba y creía merecer. En tercer lugar, aunque primero en el tiempo, está la presentación del libro del teniente general Mena que resulta una defensa fiel al concepto de autonomía militar, colocando al Ejército l margen y por encima de las instituciones del Estado.

En el caso del general Blas Piñar según ha trascendido se da la circunstacia de que dijo que pediría el pase a la reserva si no se atendían sus alegaciones, a lo que le respondieron que el pase ala reserva lo ordena el ministro y no se puede pedir voluntariamente. Claro que si la dignidad del general estuviera tan profundamente herida como parece podía haber pedido la baja – eso sí, con el sueldo muy mermado – que si se le habría concedido.

 El caso del teniente general Mena es mucho más conocido desde que hiciera su alegato en Sevilla con motivo de la Pascua Militar de hace tres años. Más tarde se alistó en una asociación militar de veteranos y se dedicó a escribir este libro que ahora aparece y a cuya presentación en el casino militar se presentaron muchos de sus compañeros.

¿Significa esto que los militares han entrado en campaña como los obispos? Ya sabemos que no, pues la cúpula militar guarda silencio – como no puede ser de otra manera – frente a la locuacidad de los purpurados. Otra cosa es lo que se discuta en las salas de banderas o lo que se vierta desde las publicaciones de asociaciones de veteranos integradas por retirados y nostálgicos.

Ni los militares están en campaña ni hay ruido de sables, ni siquiera en tono menor. No obstante, estas cosas deben er analizadas con prudencia y con cuidado. ¿Quién ascendió a algunos de estos generales? Tanto gobieros del PP como del PSOE han pasado por lo que llamábamos hace unos días la “militarización” de quienes tienen que tomar decisiones en este campo. Las contemporizaciones y el temor no son buenas consejeras. SiTrillo ascendió a Blas Piñar, conocido por sus ideas, firmante del Manifiesto de los Cien y autor de aquella declaración en la que decía que había más seguridad en Bosnia que en España, no es menos cierto que Bono ascendió a Tamarit- esta vez a teniente general – autor de la contraseña “la bandeja está grabada” que puso en marcha el 23 F.

Así como en la Iglesia no creo que un cambio generacional vaya a soluciona nada, en el caso de las Fuerzas Armadas si, aunque quienes han ocupado puestos de responsabilidad hayan demostrado, en general y hasta ahora, un alto sentido de la responsabilidad, “tragándose sapos” incluso para aceptar las nuevas reglas de la democracia.

Pero todavía hay que esperar dos cosas. Una que depende  e la voluntad de los gobernantes: más atención a la hora de seleccionar a los altos mandos. Y otra que es cosa del tiempo: que lleguen a los puesto de responsabilidad aquellos que no fueron – fuimos – educados por el franquismo en las academias militares.
¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (2)    No(0)

+
0 comentarios