Una campaña interesante

  Hay gente que dice que la política es un coñazo y que los candidatos no hacen más que tratar de engañar a los votantes. Otros tópicos revelan que tanto mitin produce cansancio o que tanta promesa desata escepticismo. Entre periodistas y analistas se habla incluso de hartazgo y de desencanto. Sin embargo, a la hora de la verdad, la política resulta que apasiona a la gente y que un debate ¡económico! compite en televisión con un partido de fútbol: 12 millones de personas vieron al menos un minuto del cara a cara entre Pedro Solbes y Manuel Pizarro, que tuvo una audiencia media de cinco millones de telespectadores y sirvió para insuflar moral al PSOE que andaba algo perdido.

   Por mucho que se diga por la boca pequeña, estamos ante una campaña electoral muy abierta y, por tanto, interesante. Hay partido. Y se va a jugar en buena medida en los dos debates que habrá entre Zapatero y Rajoy, así como en el nivel de participación que depare el 9-M. El PP tiene opciones pero a día de hoy es el PSOE el que va por delante. Puede que incluso más de lo que dicen los propios socialistas para que los suyos no se queden en casa el segundo domingo de marzo. Se habla mucho de empate pero si bajamos a la letra pequeña de las encuestas podemos leer dos datos muy favorables al PSOE: la valoración de su candidato es superior y es generalizada la creencia de que va a ganar Zapatero.

   En el PSOE ha renacido por otra parte el optimismo gracias al claro triunfo de Pedro Solbes frente a Manuel Pizarro, cuyas cualidades como abogado distan de ser suficientes para revelarse como un crack de la política, donde apenas tiene experiencia y es lógico que se le note. El PP fue en exceso audaz apostando tan fuerte por Pizarro, teniendo como tiene en sus filas a políticos de talla en el mundo de la economía. Visto lo visto, los populares seguirán echando de menos a Rodrigo Rato durante algún tiempo. Pero ahora tampoco toca eso, sino que Mariano Rajoy demuestre que es un verdadero peso pesado de la política. Sólo ganándole a ZP puede aspirar a que cambie el curso del Amazonas.