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El espectador

El espectador

viernes 29 de febrero de 2008, 05:42h

¿Cuál es el criterio de los noticiarios de televisión cuando en la sección de Farándula aparece una nota de pocos segundos en la que el cantautor cubano Silvio Rodríguez opina sobre la transición del poder en la isla?

¿Cómo se arma la pauta para que la reflexión política de un importante artista y poeta del continente se convierta en una información tan fugaz como el paseo de las candidatas a Miss Ecuador por las provincias mientras cuidan la línea?

Es difícil comprender cuáles son los criterios para que un noticiero se vuelva un espectáculo superficial y vacío de contextualización sobre los hechos que el mismo noticiero pone en la agenda, como la extracción de un quiste a la súper modelo Noami Campbell, mientras se omiten importantes noticias culturales -entre ellas el premio Alfaguara de Novela al escritor Antonio Orlando Rodríguez o el por qué de la vigencia de un personaje mítico como Harry Potter en una sociedad pragmática y acelerada.

Al final, al público le queda una mezcla de percepciones, incertidumbres, sensaciones, intuiciones, indignaciones y confusiones. Mezcla que no logra digerir porque inmediatamente viene la telenovela de moda o porque la barrera invisible que le ponemos para comprender los hechos lo hace un ser pasivo, reactivo e incapaz de entender su rol humano y ciudadano.

Esa condición de espectador (alguien que mira un objeto o asiste a un espectáculo, según la Real Academia Española) no deliberante lo vuelve víctima de un fulgurante juego de imágenes, escenarios y retazos de testimonios que lo impactan pero no lo involucran para que decida actuar.

Y no son solo los noticiarios. Si el televidente hace zapping verá otra realidad segmentada: el fútbol. Cae el poderoso equipo guayaquileño Barcelona a manos del modesto Espoli. Termina el partido. Los narradores se despiden. Dan paso al siguiente programa. No hay tiempo para dar luces a los desconcertados hinchas que necesitan saber qué pasa con el club, por qué pese a la inversión de 10 millones de dólares el equipo no camina.

Es un periodismo de mucho vértigo y poca reflexión. Sabemos que todo hecho relevante tiene antecedentes y consecuentes, pero olvidamos este principio básico y contamos los acontecimientos de manera inconexa y aislada, no como parte de un proceso.

Ejemplos: la secuela de las inundaciones por los años de imprevisión y negligencia, la crisis en la selección nacional por el polémico manejo de la Federación Ecuatoriana de Fútbol, la información cultural que se queda en lo fashion de los premios Oscar y no nos habla de los méritos estéticos de los ganadores.

Teóricamente, la función de la prensa es construir ciudadanía entregando a la sociedad elementos de juicio para entender  la realidad.                                                                                      

Pero eso dice la teoría, la práctica no: con razón el investigador Danny Schechter afirma que en el siglo XXI “tenemos más información pero menos herramientas para la comprensión”. 
 
rubendariobuitron.wordpress.com
 

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