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Muchas palabras y pocas conclusiones

Muchas palabras y pocas conclusiones

martes 04 de marzo de 2008, 09:17h

Parece que después del debate de este lunes ya sólo le queda a esta campaña electoral esperar a los comicios del próximo domingo, a pesar de que todavía quedan días para anuncios y promesas. Sin embargo, queda la sensación de que todas las cartas están sobre la mesa y ahora son los votantes los que tienen que decidir.

En estos últimos meses, los que más podrían afectar a la hora de un cambio de voto, el tema sobre el que más se ha hablado ha sido la economía. Quizá por eso, en los dos debates el empleo y la situación financiera fue el primer bloque.

En el ‘cara a cara’ de este lunes, los principales candidatos a presidente del Gobierno volvieron por sus fueros. Mismo discurso que una semana antes, mismos encontronazos (mis encuestas dicen ‘a’ y las tuyas mienten), y pocas conclusiones interesantes sobre qué va a hacer el próximo Ejecutivo para hacer frente a lo que se nos viene encima.

Zapatero volvió a defender su política económica de la última legislatura con una cascada de datos macroeconómicos, eso sí, datos que hacían referencia al conjunto de los cuatro años, ya que en los últimos meses ni estas cifras le han acompañado. Por su parte, Rajoy volvió a hablar de familia, de lo mal que, según los ‘populares’, lo están pasando los ciudadanos para llegar a fin de mes.

Pocas cosas nuevas, si acaso las idas y venidas con la primera pregunta parlamentaria que el líder de la oposición realizó al presidente del Gobierno. ¿Era o no era sobre economía? En rasgos generales no era sobre economía (valoración de los primeros días de Gobierno), y en las matizaciones posteriores que hizo el líder del PP en la Cámara Baja, tampoco. Ésta fue la única chispa nueva que se pudo ver este lunes en el segundo debate antes de las elecciones.

Poco se habló, una vez más de lo que viene. ¿Qué viene? Pues para empezar, la construcción seguirá desacelerándose y es necesario poner en marcha medidas urgentes para ayudar a los trabajadores que han perdido o perderán su empleo en este sector, y también para reactivar la economía ante el parón de su principal motor en los últimos años. En principio, el Ejecutivo aprobará en el próximo Consejo de Ministros su plan para recolocar a los trabajadores de la construcción en nuevos sectores y para tratar de reanimar al sector, pero todavía se saben pocos detalles, y habrá que esperar a que se presente el plan para poder valorarlo.

Unido a esto, los problemas de las inmobiliarias. Se construye menos, se compra menos y se tarda mucho más en vender un piso. Una situación que afecta muy directamente a las inmobiliarias, que con el ‘boom’ del sector en los últimos años han florecido por todas partes. Ahora llegan las ‘vacas flacas’, muchas cerrarán y este tipo de empleo no es como el de la construcción, éste es cualificado. Esto tiene una parte buena y otra mala. La negativa es que no basta con enseñar un oficio para hacer el trasvase a otro sector. La positiva es que la formación que han tenido estos trabajadores suele ser bastante amplia, lo que les permitirá, en muchos casos, una rápida absorción en sectores cercanos a los de la vivienda.

También es un reto muy importante el de los precios. Están altos y los últimos movimientos del petróleo, que parece que está empecinado en marcar máximos históricos día sí y día también, hacen que las perspectivas a corto y medio plazo no sean muy halagüeñas. Las estadísticas mejorarán, más o menos, a partir de mitad del año, curiosamente cuando la comparación interanual coincida con las mayores subidas registradas en 2007, pero eso no significará que la cosa haya mejorado.

Será muy interesante ver cuál es el resultado de la investigación que la Comisión Nacional de la Competencia (CNC) está realizando para estudiar si ha habido concertación entre los productores de algunos alimentos que se han disparado en los últimos meses, como en la leche o el pan. Si fuera así, la sentencia debería ser ejemplar ya que lo principal sería evitar que se repitiera.

Por otro lado, los retos económicos pasan por la reactivación de otros sectores que también están sufriendo un fuerte frenazo, como el de la automoción. No sólo las deslocalizaciones han afectado a la industria española, sino que la bajada de las ventas amenazan con ampliar peligrosamente la situación actual, que ya empieza a ser preocupante.

Y junto a todo esto, el sector energético. Desde la archi famosa opa sobre Endesa, que fue la que inició la reforma total del sector español, los rumores y los movimientos no cesan. Ahora es Iberdrola, que no sabe si su futuro está más cerca de París, de Barcelona o de Madrid, lo único que parece más seguro es que habrá cambios en su accionariado a medio plazo, lo que llevará a una lógica época de incertidumbre hasta que todo se vuelva a asentar y que dejará abierta la puerta a una pregunta: ¿cuál será la siguiente?

Con todo esto no queremos ser catastrofistas, no caeremos en esas lides. Pero sí es cierto que estos son los datos de la situación actual y del panorama que se presenta para los primeros meses de la próxima legislatura. Nosotros somos partidarios de que, para hacer frente a estos retos de la forma óptima, es necesario que las dos principales fuerzas políticas vayan de la mano.

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