Manifestaciones: Rajoy se equivoca ¿o no?

Mi primera reacción al conocer que el Partido Popular había decidido no acudir a la manifestación del sábado convocada en Madrid por organizaciones de ecuatorianos y por los sindicatos fue de estupor y de cierto rechazo; creía, y creo, que hay que apostar por la unidad, y que a nada conduce una política de fraccionamiento de actos, convocados todos ellos bajo el signo de la repulsa al terrorismo. Creía, y creo, que el PP tendría que haber mostrado una voluntad decidida de participar al menos en la manifestación de Madrid (que la convocada en Bilbao es muy otra cosa y merecería un tratamiento aparte); al final, Rajoy hizo caso a las presiones de los ‘duros’ en su partido y optó por la negativa.

Ahora, conociendo los últimos datos que llegan a mi mesa, empiezo a dudar acerca de si Rajoy ha hecho bien o mal. El hecho de que vaya a ser, si nadie lo remedia, la directora de la Biblioteca Nacional, Rosa Regás, quien se ocupe de leer el manifiesto al final de la manifestación madrileña del sábado me pareció una mala noticia. Ni sus mejores amigos podrían incluir entre las sin duda muchas virtudes de la señora Regás la posesión de un talante abierto a todos y antisectario. La apropiación por el PSOE y el Gobierno de una manifestación que debería ser de masas y ‘apolítica’, si así pudiera decirse, me parece un hecho, cuando menos, cuestionable. En suma, otra oportunidad perdida para la unidad de todos los demócratas contra el terror. Yo, en todo caso, seguiría acudiendo, como ciudadano, al acto, aunque otros deberes profesionales me reclamen ese día, concretamente en Bilbao.

Dejo para el final la ‘otra’ manifestación, la organizada bajo la advocación de las víctimas por el grupo que comanda el a veces escisionista  Alcaraz, que discurrió por su cuenta este jueves. También eso merecería un tratamiento aparte-, pero hoy prefiero mostrarme unitario. En lo posible, al menos.