Madrid construirá hasta 2016 una red básica de carriles-bici de 274 kilómetros

Comparada con otras ciudades europeas como Berlín, Londres o París, Madrid suspende en movilidad ciclista. Sólo en la urbe alemana hay 620 kilómetros de carriles bici. En Londres, con casi 500 kilómetros ya construidos, hay previstos otros 900 hasta 2010 mientras que París posee 300 y en tres años tendrá otro medio millar. Por eso la capital española está haciendo ya los deberes, poniendo la vista en el examen de 2016, la fecha del nuevo reto olímpico de Madrid. Para esa fecha quiere tener lista una red básica de vías ciclistas de 274 kilómetros que, sumadas a los que ya existen o están en proyecto, llegarán a 457.

Así lo recoge el Plan Director de Movilidad Ciclista, elaborado por los responsables municipales, asociaciones de usuarios y técnicos de diferentes áreas, en el que se basará el proyecto para normalizar el uso de la bicicleta como medio de transporte. En el Plan, y tal y como adelantó MDO el pasado mes de octubre, es un detallado estudio con las carencias, inconvenientes y ventajas para convertir a Madrid en una ciudad ciclista y ofrece un boceto de la trama de la red básica de 274 kilómetros, que se vertebrará desde el centro hacia la periferia, conectando los 21 distritos entre sí, y a su vez con los nuevos desarrollos urbanísticos y el Anillo Verde Ciclista, cuyas obras concluirán definitivamente esta primavera.

El proceso de elaboración del Plan ya redactado se desarrollará en tres fases. La primera, este mes de enero, con su presentación a los Consejos Territoriales que lo debatirán y elevarán sus sugerencias a la Dirección General de Infraestructuras. En los dos meses siguientes se expondrá a información pública en un proceso similar, para después ser aprobado en el Pleno municipal.

Carril bus-bici
Tal y como ha informado este jueves el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón, la intención es vincular la red con otra futura de vías por la Comunidad, y con las redes e itinerarios de carácter distrital o de barrio. También se contempla que cada distrito cuente con un acceso a la Red Básica, lo que se traduce en una cuadrícula en una trama de no más de 2,5 kilómetros. Para construir los carriles se prevé, según las zonas y calles, ampliar las mismas, reducir el número de carriles motorizados, eliminar un sentido de la circulación, reducir la anchura de los carriles o las franjas de aparcamiento; transformar el aparcamiento en batería en aparcamiento en línea o convertir carriles bus en carriles bus-bici.

El Plan contempla carriles bici por calles como Alcalá, Arenal (o aledañas), Bailén, Atocha, Ronda de Atocha, Ronda de Toledo, Príncipe de Vergara, Menéndez Pelayo, la Castellana hasta Fuencarral El-Pardo, Concha Espina, Bravo Murillo, Alberto Aguilera, paseo de las Delicias o avenida de Oporto serán sólo algunas de las muchas sobre las que se configurará la red la cual se plantea "como una infraestrucutra de la ciudad, dirigida a facilitar los recorridos en bici entre los principales generadores de viajes pero a la vez facilitar la combinación con el transporte colectivo para paliar los condicionantes de la orografía así como las distancias", asegura Javier Maestro, Jefe del Departamento de Proyectos de la Dirección General de Infraestructuras . En definitiva un soporte de movilidad que unirá la Casa de Campo y Barajas o la Venta de la Rubia con Fuencarral-El Pardo.  

El estudio considera a Madrid una ciudad propicia para la bicicleta, con condicionantes desfavorables como la orografía, la contaminación o la falta de implantación, entre otros. Lo más positivo que destaca el Plan es el clima, las pocas precipitaciones o datos como que un 40 por ciento de los viajes internos del municipio tiene menos de 5 kilómetros de longitud y que una cuarta parte de los viajes diarios en automóvil (418.000) tienen menos de esa longitud. Asimismo el estudio recoge que el 82 por ciento de los residentes en Madrid trabaja en el propio municipio. Sin embargo, con estos datos, en Madrid el uso de la bicicleta es ridículo (menor al 0,1 por ciento) si se compara con el de Berlín, que supera el 10 por ciento, o el de París, Londres, Vitoria, Pamplota o San Sebastián, en torno al 2 por ciento.