El presidente de EEUU, George W. Bush, reconoció este miércoles el alto coste económico y en vidas que ha provocado la guerra de Irak, iniciada hace cinco años, pero dijo que la invasión fue una decisión acertada y necesaria que no lamenta.
"Nadie puede discutir de que está guerra ha tenido un alto coste en vidas y en dinero, pero esos costes eran necesarios cuando consideramos el coste que tendría la victoria de nuestros enemigos en Irak", dijo en un discurso pronunciado en el Pentágono.
La guerra de Irak, en la que han perecido casi 4.000 soldados estadounidenses, se ha convertido en uno de los mayores quebraderos de cabeza para la Administración Bush, no solo por el alto coste económico, más de 400.000 millones de dólares, sino por el creciente rechazo que existe en la sociedad estadounidense.
De acuerdo con cifras de la cadena CNN, el 65% desaprueba la presencia de tropas estadounidenses en Irak, frente a un 31% que aprueba el desarrollo de la guera.
Hoy mismo, grupos de pacifistas y activistas de todo el país han convocado concentraciones y manifestaciones en las grandes ciudades, para pedir el fin de la contienda y exigir responsabilidades.
En la capital estadounidense, 32 personas fueron detenidas cuando intentaron bloquear la entrada al departamento de Hacienda (IRS).
Este sentimiento antibélico que vive buena parte del país se ha traducido en una fuerte caída en la popularidad del presidente, cuyo nivel de aceptación no sobrepasa el 26%, según datos de una encuesta de Zogby, conocida este miércoles.
Además, siete de cada diez estadounidenses culpa a la contienda bélica de la mala situación que atraviesa la economía, argumento que ha sido tomado de inmediato por los aspirantes demócratas a la Casa Blanca para insistir en la retirada de las tropas.
Pero este miércoles, al conmemorarse el quinto aniversario de la invasión de Irak, Bush insistió en que "derrocar a Saddam Hussein fue la decisión correcta", y aseguró que ésta "es una guerra que Estados Unidos puede y debe ganar".
En referencia a las posturas demócratas, el mandatario dejó claro que "no podemos rendirnos ante la cara del terror. Sabemos que, si no actuamos, la violencia que esta consumiendo Irak empeorará, se extenderá, y puede que llegue a niveles de genocidio".
Por ello, dijo, el Gobierno decidió en enero de 2007 acometer un fuerte incremento en las tropas desplegadas en Irak, medida que permitió dar un giro a la situación en el país y "abrir la puerta a una victoria estratégica en la guerra contra el terror", indicó Bush.
Ahora, algo más de un año después de esta escalada en las tropas, "el éxito que estamos viendo en Irak es innegable, aunque algunos en Washington piden la retirada".
"Los críticos de la guerra ya no pueden argumentar que estamos perdiendo en Irak, por lo que ahora argumentan que está costando mucho dinero", indicó el presidente.
Las cifras indican que EEUU gasta un promedio de 10 millones de dólares al mes en Irak, aunque algunos economistas consideran que esta cifra sólo cubre los gastos de operación, pero en realidad los gastos llegan a los 25 millones de dólares mensuales.
Bush insistió en su intervención en que la retirada ahora es impensable, porque esta acción sería aprovechada por Al Qaeda para ocupar este vacío y convertir el país árabe en un santuario terrorista.
"Si permitimos que nuestros enemigos venzan en Irak, el movimiento terrorista se verá envalentonado, con nuevos reclutamientos, con nuevos recursos, y con una renovada determinación de dominar la región y hacer daño a Estados Unidos", explicó.
Como alternativa, Bush defendió la estrategia actual de reducir la violencia en el país y ayudar al "pueblo iraquí a establecer su democracia en el corazón de Oriente Medio. Un Irak libre permitirá luchar contra los terroristas en lugar de darles acogida".
La conmemoración del quinto aniversario fue aprovechado por los demócratas Barack Obama y Hillary Clinton para cargar contra el candidato republicano a la presidencia, John McCain -quien respalda la estrategia de Bush- y para insistir en sus plantes de hacer volver a las tropas cuando lleguen a la Casa Blanca.
"Justo ayer, vimos cómo McCain confundía a los suníes con los chiíes, y a Irán con Al Qaeda. Será por eso que votó a favor de invadir un país que no tenía lazos con Al Qaeda", dijo Obama, quien prometió retirarse de Irak y recuperar las alianzas internacionales perdidas si llega a la presidencia.
Hillary Clinton, por su parte, insistió en el alto coste que ha supuesto la guerra, un dinero que hubiera permitido dar asistencia sanitaria a los 47 millones de estadounidenses que no tienen seguro, resolver la crisis hipotecaria, y dar ventajas fiscales a decenas de millones de familias de clase media".