La dirección de CiU intenta tranquilizar a sus bases para que no sean objetivo de “grupos oportunistas”. El malestar de los votantes de la coalición nacionalista se ha expresado de maneras diferentes: concentración ante la sede de ERC, caceroladas en algunos barrios de Barcelona y una concentración hecha el jueves a última hora en la Plaza de Sant Jaume a la que acudieron unas 250 personas.
Se da el caso que en esta última manifestación se produjo una mezcla entre personas de apariencia acomodada y jóvenes independentistas partidarios de “Cataluña Catalana”. Esta mezcla en opinión de los dirigentes de CiU puede perjudicar la imagen de la federación porque la podrían vincular con grupúsculos que tienen posiciones casi xenófobas. En el acto de la plaza de San Jaume, un grito: “Montilla Charnego” fue silenciado por el público.
La manifestación del pasado sábado en la Plaza de Sant Jaume preocupó a los responsables de CiU, porque procedía de una página web en la que los despechados por la reedición del Tripartito afloraban su malestar. Piensan en CiU que cualquier actuación que pudiera vincularse con posiciones contrarias a los ciudadanos castellanoparlantes podría ser utilizada contra la federación fundada por Pujol que, como un elemento central de su ideario siempre ha afirmado que “catalán es todo el que vive y trabaja en Cataluña”.
La reacción de algunos sectores de votantes de CiU tiene que ver con la que tuvo en 2003 la esposa de Pujol, Marta Ferrusola, que hablando del cambio de gobierno afirmó: “Es como si nos hubieran entrado a robar a casa”.
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