Pantera Rosa

Tal como anda el patio del Partido Popular al columnista le ronda por la mente la sintonía musical de los dibujos animados Pantera Rosa, en donde Mariano Rajoy sería, sin lugar a dudas, el manazas del inspector Clouseau y la señora condesa de Murillo (née Esperanza Aguirre y Gil de Biedma) tendría el papel del escurridizo felino.

La presidenta de la Comunidad de Madrid y lideresa (Aguirre dixit) del PPdM era el plato fuerte del almuerzo que ha celebrado este mediodía el Foro ABC. La invitada de honor creaba expectación en propios y extraños (Ruiz Gallardón incluido, que de tan extraño estuvo ausente del evento). Y lo cierto es que estuvo escurridiza al modo de la pantera. "Sería un desprecio a los 700.000 afiliados decir lo que voy a hacer en junio", dijo sin despeinarse. Y de ahí no la sacaron los asistentes. Doña Esperanza Aguirre y G. de B., urgida por los asistentes, al final dijo eso de que “hoy” no tenía previsto presentarse como candidata a presidenta nacional del primer partido de la oposición. Y que, si más adelante cambiase de opinión, el primero en saberlo sería el presidente de su partido. Que equivale a decir que el presente es el presente y que el mañana está por escribir. Perogrullo puro.
Mariano Rajoy, por tanto, salió, al modo clousoniano, como entró. Sin saber las intenciones reales de la presidenta madrileña. O si lo prefieren, encomendándose al pontevedrés San Beñitiño de Lérez, por si de tan milagreiro como dice su fama, le puede librar del zarpazo felino de la escurridiza Doña Esperanza.
  
Cuentan por los mentideros anejos a la madrileña Casa de Correos que la decisión de la presidenta madrileña ya está tomada, y que entra en sus planes ir a por todas. Pero lo que no cuentan, es que Doña Esperanza Aguirre y G. de B. dispone de no mucha fuerza intramuros del partido. Una apuesta arriesgada, dada la mastodóntica y paradójicamente leninista estructura del PP. Es el reto que se ha planteado la presidenta de la CAM. Podría, de tener la suerte favorable, salirse con la suya. Incluso, de no hacerlo, quizá lograría nuevamente darle otro revolcón –a nadie, ni a la Pantera Rosa le amarga un dulce— a Ruiz Gallardón. Sería una victoria pírrica, pero menos da una piedra.
Mariano Rajoy, con cara de inspector Clouseau, anda sorteando todas las trampas que su particular Pantera Rosa le anda colocano en su camino. Lástima que todo ello no vaya amenizado por la banda sonora que compuso Henry Mancini. Que todo es cuestión de imagen y sonido. Hasta en los dibujos animados.