Más de medio millar de jóvenes, algunos de ellos con la cara tapada con pasamontañas, se concentraron en la tarde de este domingo en la localidad madrileña de Alcorcón contra los grupos violentos sudamericanos después de la pelea multitudinaria que se produjo el sábado. Muchos de los manifestantes se dedicaron a recorrer la localidad para 'cazar' a cualquier latino que estuviera por la calle. Hubo al menos dos detenidos. La pelea de la noche anterior entre españoles y sudamericanos, en la que se vieron implicados al menos medio centenar de jóvenes con edades comprendidas entre los 16 y los 24 años en la céntrica calle Luna de Alcorcón, se saldó con tres heridos por arma blanca, uno de ellos grave, y ocho detenidos, de distintos países sudamericanos algunos de ellos, menores de edad, según fuentes policiales.
En respuesta a esta trifulca, a las 18.00 horas de este domingo, se convocó, a través de internet y mensajes de móviles (como 'A las seis todo Alcorcón en las canchas, donde el centro joven. Gente del barrio está muriendo y Alcorcón unido, jamás será vencido. Pásalo') una concentración para denunciar la actuación de grupos violentos sudamericanos, abogar por la convivencia pacífica en Alcorcón y condenar las actitudes xenófobas o racistas en esta localidad. Sin embargo, durante la protesta, que tuvo lugar frente al Centro Joven de Alcorcón, en la calle del Maestro Victoria, la mayoría de los participantes profirieron consignas como "Latin King fuera" ó "Vamos a por ellos, vamos a matarlos".
Algunos de los manifestantes lanzaron objetos como un mechero y un vaso de cristal contra los agentes antidisturbios y contra los medios de comunicación, además de provocar daños a una cabina telefónica y varias papeleras. Los agentes antidisturbios pidieron la documentación a algunos de los jóvenes e intervinieron armas blancas, hasta que la concentración se disolvió sin incidentes en torno a las 21:00 horas. El director de Seguridad del Ayuntamiento de Alcorcón, José García Archidona, explicó que al menos hubo dos detenidos por desorden público durante la protesta, en la que participaron numerosos menores.
Vecinos de la zona, que acudieron al acto, rechazaron la acción de los grupos violentos sudamericanos y reclamaron una mayor presencia policial en el municipio, que cuenta con 165.000 habitantes y 20.000 inmigrantes empadronados. "Esto es la guerra del barrio de Alcorcón contra los que vienen de fuera a invadirnos", según dijo Víctor, un joven de 16 años. Por contra, a Luis, de 29, le parece "muy triste" que estas bandas violentas hagan que muchos jóvenes del municipio tengan una imagen violenta de ellos y se lamenta de que esto sea así, "pudiendo todos convivir de una forma pacífica".
Este lunes, la Delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Soledad Mestre, aseguró en la Cadena Ser que en la localidad no existen bandas sudamericanas organizadas.
Dispositivo de seguridad
Durante la madrugada, agentes de la Policía Nacional y Municipal mantuvieron un dispositivo de seguridad ante la previsión de nuevos altercados. Sin embargo, el director de Seguridad de Alcorcón, José García Archidona, aseguró este lunes que la noche fue "tranquila y normal". Durante esta mañana el alcalde de Alcorcón, el socialista Enrique Cascallana, mantendrá una reunión con los responsables de Seguridad del Ayuntamiento para analizar lo ocurrido durante todo el fin de semana en el municipio.
José García Archidona señaló que este municipio madrileño "no es racista, ni inseguro, por mucho que algunos quieran decirlo" e indicó que "no hay que olvidar que dentro de tres meses hay elecciones municipales y las encuestas dejan al partido de la oposición en muy mal lugar", al tiempo que expresó su sorpresa por la reciente publicación de informaciones en las que Alcorcón parece el Bronx.
El director de Seguridad consideró que los hechos ocurridos este fin de semana se han magnificado, quizás, debido a la ausencia de noticias, y lamentó que "algunas personas antisistema se hayan aprovechado de la situación para montarla". Mostró su asombro por el eco de unos hechos localizados, que se han registrado en muchas grandes ciudades españolas, dado que, añadió, "las bandas son parte del paisaje urbano, desgraciadamente".
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