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Inversiones en Energía Eléctrica e Instituciones en Argentina

Inversiones en Energía Eléctrica e Instituciones en Argentina

lunes 02 de junio de 2008, 02:04h
Es desde el año 2004 que venimos escuchando pronósticos sobre posible desabastecimiento y cortes de energía eléctrica. En un principio los pronósticos no resultaron ciertos y el desabastecimiento no se produjo.

Es desde el año 2004 que venimos escuchando pronósticos sobre posible desabastecimiento y cortes de energía eléctrica. En un principio los pronósticos no resultaron ciertos y el desabastecimiento no se produjo.

Es que en un mercado como el de la energía eléctrica, en donde tanto la demanda como la oferta sufren oscilaciones no determinísticas, originadas por ejemplo en la cantidad de lluvias y de agua en los embalses de las centrales hidráulicas, es necesario operar siempre con una determinada capacidad excedente de la oferta por sobre la demanda.

De esta manera es posible absorber oscilaciones del mercado y atender la demanda sin cortes, al menos con una adecuada probabilidad de éxito. En la medida que la demanda crece y la oferta no la acompaña, la probabilidad de cortes empieza aumentar. Y en algún momento, más tarde o más temprano, los cortes aparecen. Es lo que sucedió durante el 2007.

No obstante, gracias a los pronósticos -tal vez pesimistas- originados en el 2004, el tema al menos se discute desde aquella época.

Un primer diagnóstico fue que las tarifas congeladas en pesos para el sector residencial no permitían la realización de nuevas inversiones para producir la energía eléctrica adicional que el mercado requería. Tampoco servían para repagar las inversiones realizadas durante la década pasada, pero en ese caso se trataba de capital hundido, y a las empresas no les quedaba otra alternativa que seguir prestando el servicio.

Para solucionar la falta de nuevas inversiones, el gobierno diseñó un plan denominado de Energía Plus. Se trata de distinguir entre las viejas y las nuevas inversiones en generación de energía eléctrica. Para las viejas inversiones, con el capital ya hundido, las tarifas permanecerían inalterables. Pero para las nuevas inversiones, aquellas requeridas para solucionar el déficit energético, las tarifas serían suficientes como para obtener una rentabilidad razonable.

Lo cierto es que a dos años del lanzamiento del plan, las nuevas inversiones son más bien escasas.

Puede argumentarse que para este tipo de inversiones el período de maduración es precisamente de al menos dos años. Pero si observamos los proyectos en marcha, queda claro que no son suficientes para mejorar el balance energético de los próximos años.

Un problema y una Explicación
Si todo esto es así, i.e. si los precios ofrecidos para las nuevas inversiones son rentables, ¿por qué no aparecen inversores interesados? Si los mercados son guiados únicamente por la señal de precios, entonces no habría explicación para la falta de inversión en la oferta energética.

Sin embargo, si apelamos a la importancia de las instituciones en el desempeño económico (North, 1990), entonces tal vez podamos vislumbrar alguna
explicación.1 Siguiendo al mismo autor, debemos aclarar que entendemos por instituciones a las reglas de juego que constriñen las acciones de los individuos
(North, 1990: 3). Por este motivo, cuando de instituciones se habla, no sólo se trata de las organizaciones, sino también de las reglas formales e informales en las que se hallan inmersos los actores.

Para nuestro caso, resulta casi inmediato sospechar el tipo de reglas que perciben los inversores: si cuando el capital de las inversiones se encuentra hundido las tarifas no son rentables, pero para las nuevas inversiones se ofrecen tarifas rentables, ¿qué pasará cuando las nuevas inversiones dejen de ser nuevas y el capital ya se encuentre hundido?

Es posible que corran igual suerte.
Esto es percibido por los actores y la incertidumbre sobre la estabilidad de las reglas de juego parece volverse intolerable, y las inversiones no aparecen.

Evidentemente, el problema de la falta de las inversiones que el sector eléctricorequiere para satisfacer el crecimiento de la demanda y de esta manera evitar cortes o racionamiento es un problema institucional; hay rentabilidad en términos de variables duras, pero sin embargo muy pocos invierten. La incertidumbre respecto de la estabilidad de las reglas de juego les impide invertir. Lamentablemente, salta a la vista que no es el único sector en el que todo esto sucede.

Fernando Nicchi
Ingeniero; Profesor de regulación de UBA y UCA
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