Traer agua del Ródano para Cataluña costaría 950 millones, con un compromiso para 20 años

Los grupos parlamentarios de CIU y del PSOE han llegado a un acuerdo para que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero realice un estudio sobre el trasvase de agua del Ródano (Francia) y lo remita al Congreso de los Diputados en el plazo de 9 meses. Al acuerdo se ha llegado después de que la Generalit del socialista Josep Montilla levantara el estado de emergencia en Barcelona por la falta de agua y unos días antes de que el Consejo de Ministros derogue el trasvase de agua del Ebro hasta Barcelona.

Según fuentes de CiU, éste es el compromiso que Zapatero adquirió ante el portavoz nacionalista, Josep Antoni Duran i Lleida, durante el debate de investidura. Al acuerdo se ha llegado a través de una enmienda transaccional a la Moción de CiU, consecuencia de interpelación, sobre las actuaciones que está llevando a cabo el Gobierno para estudiar y evaluar el trasvase del Ródano firmada conjuntamente por los dos portavoces parlamentarios, Duran i Lleida y José Antonio Alonso.


Quid pro quo o pago de favores

Pero el acuerdo ha levantado ronchas en algunos sectores políticos. Por ejemplo, en el líder de Iniciativa per Catalunya-Verds (ICV), Joan Herrera, que inmediatamente ha acusado al PSOE de “pagar la factura a CiU” por el apoyo que el Ejecutivo obtuvo del partido de Duran i Lleida para evitar la moción del Gobierno por el “caso Taguas” [CiU votó junto al PSOE en contra de la moción de ICV para censurar el fichaje de David Taguas por el lobby de las constructoras, SEOPAN].

Para argumentar tal afirmación, Herrera ha subrayado que con la construcción de tres desaladoras en Catalunya y la política de recuperación y aprovechamiento de acuíferos “no es necesario el trasvase del Ródano, sino que se trata de un sinsentido y de un disparate”. Y ha añadido que “es un despropósito y ya tiene guasa que después de que el Parlament de Catalunya votara en contra del trasvase del Ródano, ahora CiU, que se dicen nacionalistas, traiga el trasvase del Ródano al Congreso español, es decir que busquen en el parlamento español lo que no pueden lograr en el parlamento catalán”.


Un coste desmesurado

Hay que recordar en este punto que ya existe un primer estudio, aunque no oficial, para traer desde la desembocadura del río francés hasta la capital catalana unos 300 hectómetros cúbicos anuales de agua. En cifras redondas realizar la conexión estable supondría un coste de 950 millones en inversión, según reconoció el pasado 4 de mayo el director comercial de la sociedad de aguas Suez-Lyonnaise, Jean Luis Blanc, que se desplazó a Barcelona invitado por la fundación Catalunya Oberta, vinculada directamente a CiU.

Además, según dijo Blanc, el estado francés exigiría el transporte fijo de por lo menos los 300 hectómetros citados por un período no inferior a 20 años para dar su aprobación al proyecto.

Durante ese mismo acto, Blanc admitió que el proyecto supondría una inversión superior a la construcción de una desalinizadora, pero que una vez realizado el coste seria inferior, ya que el gasto energético seria menor. El proyecto por el que suspira CiU se realizaría en cinco años y consistiría en una tubería de acero de 2.4 metros de diámetro que debería superar el paso del Pirineo por el Pertús. Para ello se debería bombear el agua, cosa que supondría un consumo de más de 30 MW/h.


Problemas sanitarios

De hecho el mismo directivo francés afirmó en febrero que años antes, cuando gobernaba en España el PP y tenía el apoyo de CiU, se estudió la alternativa de Roine, pero se desechó por considerar su coste faraónico. De hecho, dicha posibilidad tenía que complementar el trasvase de agua procedente del Ebro hacia Barcelona, asunto que decayó al perder las elecciones el partido conservador español.

Pero es que el agua del río francés tiene otros problemas; el sanitario, por ejemplo: una vez tratada, el agua del Roine es perfectamente potable, pero parece que el consumo regular de pescado extraído de este caudaloso río francés podría comportar consecuencias para la salud humana.

Así lo demostraría un estudio llevado a cabo por una asociación de médicos con el apoyo de la organización ecologista WWF tras haber analizado la sangre de 42 voluntarios. Presentado a finales de mayo en Marsella, el informe revela que la sangre de las personas que han comido pescado del Roine unas dos veces a la semana presentan un elevado grado de piraleno -una sustancia altamente contaminante-, entre cuatro y cinco veces superior a la tasa admitida por la Unión Europea.