35.000 familias madrileñas reciclarán aceite

El proyecto, que cuenta con la colaboración de AFANIAS (Asociación pro Personas con Discapacidad Intelectual), tiene un presupuesto de 286.000 euros, financiados en un 70 por ciento y un 30 por ciento por la Obra Social de Caja Madrid y el Ayuntamiento de Madrid, respectivamente, y  persigue potenciar tres valores: educación, medioambiente y solidaridad.

Botella destacó la importancia de depurar correctamente el aceite –un sólo litro de aceite usado y tirado por el desagüe contamina 1.000 litros de agua– y el alto precio que supone su reciclado: 2,5 euros le cuesta al Ayuntamiento de Madrid depurar un litro.

Los niños que participen en el programa recibirán en sus colegios un envase especial, bautizado con el nombre de “Claki”, que les servirá para recoger, en colaboración con sus familias, el aceite doméstico usado en sus hogares. De esta manera el compromiso se extiende a todos los miembros de la familia. Así comienza una cadena importante y solidaria.

Cuando los envases estén llenos, los niños se encargarán de llevarlos a sus colegios, donde trabajadores con discapacidad intelectual pertenecientes a Afanias procederán a su recogida y a dejar nuevos envases para que los niños y sus familias sigan reciclando aceite.

El aceite recogido se llevará a una planta de transformación de biocombustibles de segunda generación –una alternativa a los combustibles fósiles, como el gasoil o la gasolina, que emite un 50 por ciento menos de dióxido de carbono a la atmósfera–, con lo que se contribuirá a la lucha contra el cambio climático.

Los beneficios obtenidos por la venta del aceite usado servirán para financiar el proyecto “Agua Solidaria del Área de Medio Ambiente”, que fomenta la construcción de plantas potabilizadoras en países en vías de desarrollo para acercar a sus ciudadanos un bien tan necesario como el agua, en condiciones higiénicas para su uso.

“En este momento –detalló Botella– gracias a programas de potabilización de agua del Ayuntamiento de Madrid, se están beneficiando de agua potable más de 300.000 personas en la Amazonía Peruana y se espera llegar hasta las 600.000. Así tendrán una esperanza de vida y de desarrollo que no tenían hasta ahora”.

“Se trata, por tanto, de reutilizar nuestros residuos para crear energía limpia en un ciclo beneficioso para el planeta, para nuestro bienestar y para el medio ambiente sin renunciar al desarrollo económico que permite a la Ciudad de Madrid crecer cada año”, añadió Botella. “Los hábitos ciudadanos, los pequeños ahorros, las actitudes para fomentar el reciclaje y nuestro compromiso con el medio ambiente demostrarán una vez más que los madrileños afrontamos los retos como una gran ciudad responsable con el mundo y solidaria con el planeta y sus habitantes”.