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Detenido tras huir de Barcelona

El yihaidista pidió asilo sanitario un día antes de su intento de inmolación

El yihaidista pidió asilo sanitario un día antes de su intento de inmolación

viernes 06 de junio de 2008, 19:13h
Uno de los cuatro presuntos suicidas que integraban la red de islamistas desarticulada el pasado mes de enero en Barcelona, Akeel Ur Rehman Abassi, detenido ayer en Holanda, había solicitado ingresar en el Servicio Catalán de Salud días antes de huir a Alemania con la supuesta intención de inmolarse, informaron fuentes de la lucha antiterrorista. Una copia de la solicitud de ingreso en la Sanidad catalana fue hallada en uno de los registros practicados en el barrio de El Raval.
Abbasi fue arrestado ayer en Vught (Holanda) como consecuencia de una orden internacional de busca y captura dictada desde la Audiencia Nacional. El juez Ismael Moreno procesó ayer por integración en organización terrorista a los diez detenidos el 18 de enero en Barcelona y a Akeel Abassi, huido de aquel operativo policial.

   Según recoge el auto dictado por el juez Moreno, además de la copia de solicitud de ingreso en la Sanidad catalana, los guardias civiles hallaron en el registro de la vivienda de la calle de La Cera, una fotocopia del pasaporte de Akeel Abbasi, una copia de solicitud de ingreso en el padrón municipal de Barcelona --fechada el 14 de enero-- y una copia del carnet de la biblioteca Sant Pau i Santa Creu, en barrio de El Raval.

   En esta biblioteca, según ha comprobado, hay una sección dedicada al Mundo Árabe, con publicaciones en castellano y otras en lenguas de países musulmanes. También hay publicaciones en lengua urdu, hablada en Paquistán, país del que procede Abassi y otros 8 de los 11 detenidos --los otros dos son indios--. Los musulmanes del barrio de El Raval también acuden a la biblioteca a leer prensa escrita de sus países de origen.

   Asimismo, los agentes del Instituto Armado encontraron en el piso una copia de un contrato de tarjeta telefónica prepago realizado por Abassi el 12 de enero. Abassi fue detenido en Breda el 13 de marzo en el marco de la operación antiterrorista de Barcelona, pero días después quedó en libertad. Las autoridades holandesas abrieron contra él un proceso de expulsión por estancia ilegal en el país que todavía hoy seguía en marcha, informaron a Europa Press las citadas fuentes.

Orden de inmolarse en Alemania

El paquistaní Akeel Abassi llegó a Barcelona en los primeros días de enero de 2008 procedente de Holanda, donde había pasado cuatro o cinco meses. Los otros tres presuntos suicidas ya se encontraban en la Ciudad Condal desde semanas antes procedentes de distintos puntos.     Según los efectos encontrados en el número 19 de la calle de La Cera, Abassi inició los trámites habituales para comenzar a residir una larga temporada en la capital catalana. Sin embargo, poco antes de la operación, partió hacia Alemania con la orden de realizar un atentado suicida, coordinado con sus compañeros que se quedaron en Barcelona. Reino Unido y Portugal eran los otros países que la red islamista pretendía incluir en su cadena de atentados.

   Abassi llegó a Barcelona con un billete de vuelta a Holanda, pero durante su estancia en la Ciudad Condal lo cambió por otro con destino a Alemania siguiendo las indicaciones del jefe de la célula, Maroof Ahmed Mirza. Mientras, participó en la reunión en la mezquita de la calle Hospital, donde se recitó una oración para el martirio. Días después de llegar a Alemania, probablemente tras conocer las detenciones de Barcelona, decidió regresar a Holanda.   

   En el auto dictado ayer se dice que la célula pretendía atentar en transportes públicos de Barcelona entre los días 18 y 20 de ese mes. Los islamistas habían adquirido capacidad para realizar un atentado --en concreto contra el metro de la Ciudad Condal, según reveló un testigo protegido-- si bien, concreta el juez "el material explosivo incautado no tenía suficiente capacidad destructiva para causar estragos".

Aviso en Navidad de los espías franceses

   El Centro Nacional de Inteligencia (CNI) fue convocado de urgencia la pasada Navidad por sus colegas de la Dirección General de la Seguridad Exterior (DGSE), el servicio secreto francés, para advertirles de la trama terrorista que se estaba urdiendo en varios países europeos y que tenía su centro neurálgico en Barcelona.

   El 16 de enero, los espías franceses alertaron de que un paquistaní acababa de llegar a Barcelona en tren, procedente de Francia, con el encargo de participar en un atentado suicida. Ese individuo resultó ser el colaborador de los servicios franceses que estaba proporcionando la información más sensible sobre los planes de la célula y que, tras el desarrollo de la operación en la Ciudad Condal el 18 de enero, pasó a ser el testigo protegido F-1.

   Agentes del CNI camuflados en las proximidades del piso de la calle Santa Madrona presenciaron la noche anterior a la operación cómo uno de sus integrantes, Qaader Malik, del grupo de explosivos, se deshacía en un cubo de basura de varios cables y una sustancia.  Cuando los espías acudieron a recuperar dicha sustancia pensaron que era Triperóxido de acetona o TATP, el potente explosivo conocido como 'Madre de Satán'.

   El CNI trasladó la información a la Guardia Civil y su Unidad Especial de Intervención irrumpió en tres locales de El Raval el 18 de enero por la noche. Sin embargo, la cantidad de explosivos encontrados, como constata el juez en su auto, no eran ni de lejos suficientes para cometer los inminentes atentados suicidas de los que había hablado el testigo protegido.

   Fuentes de la investigación consultadas por relataron cómo la Guardia Civil regresó días después del primer registro al piso de la calle Maçanet y llegó a tirar tabiques por si los terroristas los habían levantado para esconder detrás el material explosivo.
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