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El policía que rectificó el informe del ácido bórico dice que no era oficial

martes 10 de junio de 2008, 18:41h
El responsable del laboratorio químico de la Policía Científica, Francisco Ramírez, acusado de manipular un informe pericial para eliminar de él las alusiones que relacionaban a ETA con los atentados del 11-M, declaró este martes ante la Sección Decimoquinta de la Audiencia Provincial de Madrid, donde describió a los subordinados que se encargaron de elaborar el documento inicial como "analistas y no peritos" e indicó que su informe, cuyas conclusiones dijo que "eran absurdas", carecía de validez oficial.
Junto a Ramírez, también están procesados en esta causa, el comisario general de la Policía Científica, Miguel Ángel Santano, el jefe de la Unidad de Análisis, José Andradas y el secretario general, Pedro Luis Mélida. Todos ellos están acusados de tres delitos de falsedad documental, falso testimonio y, en el caso de Santano, también por encubrimiento.

El juicio comenzó este martes después de que la Sección Decimoquinta decidiese desestimar la 'doctrina Botín' tal y como le solicitaron en la fase de cuestiones previas la Fiscalía, la Abogacía del Estado y la defensa de los imputados.

La 'doctrina Botín', defendida por los magistrados del Tribunal Supremo impide la celebración de un juicio a instancia exclusiva de la acción popular, como sucede en el 'caso ácido bórico' y como sucedió también en el caso del ex presidente de la Cámara vasca Juan María Atutxa.

Informe pericial
Durante la primera sesión del proceso, Ramírez hizo hincapié en varias ocasiones en que el documento elaborado por sus subordinados "no se trataba de un informe pericial, sino de informe analítico" y por tanto no tenía caracter oficial".

"Un informe no es oficial hasta que no sale del laboratorio", matizó en varias ocasiones a las preguntas de los abogados de la acusación, al tiempo que quiso dejar claro que los encargados de realizarlo "no son peritos, sino analistas".

Preguntado acerca de la diferencia entre una categoría y otra, el mando policial contestó que "un perito es aquel que ha sido designado por un juez y este no fue el caso". "El analista en sí no es nadie dentro del laboratorio, sólo es un analista, si no fuese así cada uno podría sacar los informes que quisieran, sería como darles una patente de corso", explicó.

Muestras
Ramírez recordó que el laboratorio recibió la solicitud para realizar un informe sobre unas muestras de ácido bórico halladas en el domicilio del procesado por el 11-M Hassan El Haski. El acusado se lo asignó a uno de sus subordinados Manuel Escribano "dado a sus conocimientos en farmacéutica".

"Al cabo de los días, Escribano dejó encima de mi mesa una propuesta de informe", continuó Ramírez, quien quiso destacar que tan sólo se trataba de una propuesta de carácter provisional ya que "sólo era una analítica, pero no es ni mucho menos definitiva". Ramírez concretamente ha sido procesado por un delito de falsedad documental --por lo que puede ser condenado a hasta seis años de prisión-- y otro de falso testimonio. 

En el citado informe, Escribano introdujo en el capítulo de antecedentes otra muestra de ácido bórico hallada años antes en un piso franco de ETA que le sirvió para relacionar en las conclusiones finales del informe a los autores del 11-M con la banda terrorista.

Sin sentido
Así, Ramírez reiteró de nuevo ante el juez que "esa relación científicamente no tenía ningún sentido" y fue más allá al desvelar que aquella muestra "tenía restos de pelos debido a que había sido utilizada para el higiene personal íntimo de una persona dado el carácter antiséptico de este componente".

"Me pareció absurdo relacionar a ETA con los explosivos del 11-M y anticientífico que ese señor pusiera algo que no consultó con la base de datos", denunció el mando policial, quien además criticó que sus subordinados "no dudaron en meter en el mismo saco, decir que tenían la misma formación y hasta que habían sido los mismos", es decir que ETA estaba detrás de los atentados de Atocha, cuando, sin embargo, "una muestra fue hallada en 2201 y la otra en 2004".

Según explicó Ramírez, tras revisar este informe y ver estas apreciaciones, fue a consultarlas con el secretario general de la Policía Científica, Pedro Luis Mélida --también procesado en esta causa--, quien "tachó con un bolígrafo de color rojo" las alusiones a ETA y mandó que el responsable de su redacción elaborase otro documento eliminando las conexiones con ETA.

"Fui a hablar con Mélida porque, aunque a mi el informe me parecía absurdo, y, aunque yo mismo podría haber dicho a los analistas que lo cambiarán, quise consultarlo con él porque era el encargado de dar traslado del informe fuera del laboratorio", recordó, al tiempo que aclaró que la cuestión no fue más allá de aquella orden ya que nunca recibió ninguna indicación superior.

En esas fechas, el responsable último de la Unidad, el también procesado, Miguel Ángel Santano, se encontraba de vacaciones por lo que Ramírez no pudo consultarle. Tampoco tuvo intención de hacerlo ya que, según explicó hoy, no era su superior jerárquico. 

Ramírez relató al juez como Escribano, al que definió como "una persona conflictiva" y que "no sabe aceptar sus errores, entró en colera" cuando se le pidió que rectificase el informe.

"Tanto él como los otros dos subordinados -Isabel López y Pedro Manrique, quienes colaboraron en la elaboración del documento- se negaron a hacerlo por lo que yo asumí la rectificación para evitar conflictos en el laboratorio", dijo. De este modo, Ramírez terminó rectificando el informe, dejando sólo su firma y eliminando las de los tres analistas.
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