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Aído, entre lo sublime y lo ridículo

miércoles 11 de junio de 2008, 10:22h
La línea que separa lo sublime de lo ridículo es muy fina. Nada más sublime que trabajar por la igualdad entre hombre y mujer y pocas cosas merecen más apoyo que intentar por todos los medios que la violencia de género no se produzca y cuando ocurra merezca el mayor de los reproches. Nada que objetar pues a cualquier avance en esta dirección. Hasta aquí lo sublime, lo encomiable. A partir de ahí viene el ridículo y ridículo total y absoluto el que ha protagonizado la ministra de Igualdad Bibiana Aído.

¿No es ridículo y grotesco un teléfono para que cuando un hombre quiera pegar a una mujer llame para desfogarse? ¿No es ridículo eso de “miembros y miembras”?Pero ¿y que decir de ese nuevo modelo de masculinidad que quiere promover el Gobierno?

Es muy serio el asunto de los malos tratos, la falta de oportunidades, la incultura y el miedo que sufren a diario muchas mujeres como para que la ministra, quizás llevada por los afanes juveniles de innovar, de un ministerio que no existe acuda al Congreso para lanzar semejantes propuestas que ya han fracasado antes de ponerse en marcha y, lo que es más significativo, han evidenciado el escaso recorrido de las ocurrencias.
"¿No es ridículo eso de miembros y miembras? Pero ¿y que decir de ese nuevo modelo de masculinidad que quiere promover el Gobierno?
   
Y es que no deja de ser una ocurrencia crear un ministerio para tener dos tres titulares y dar a esta segunda legislatura ese aire de modernidad  que tanto gusta a nuestro Presidente y que tiene un presupuesto de 43 millones de euros que serían mucho más rentables si se destinaran a proporcionar los resortes necesarios para que en los juzgados que se ocupan de la violencia de género tuvieran más eficacia, se crearan más casas de acogida o se destinaran a crear un fondo para microcréditos para las mujeres acosadas pudieran reinventar su vida. Pero no, se trataba de ampliar el álbum de fotos del nuevo gobierno, de poder decir que es una ministra muy joven—antes que ella ha habido otros también muy jóvenes—y que aquí vamos por delante del mundo mundial.

Bibiana Aído tiene que manejar 43 millones pero no tiene competencias. Dicen que es un ministerio muy transversal. Tanto que afecta a los ministerios de Trabajo e Interior, que debería seguir con lupa las actuaciones judiciales. ¿Alguien se imagina a Aído levantando la voz a Rubalcaba porque no
 hay efectivos bastantes para la protección de mujeres amenazadas?.

En momentos de crisis, en este caso económica aunque una persona tan seria como José Antonio Alonso diga que no, que aquí no hay crisis, los goles de la selección no dejan de ser un bálsamo pero esto de Bibiana Aído es tan ridículo que deprime. Ya les vale.
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