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Hechos de desechos

Ecolínea se ha convertido en la primera empresa de economía social que se dedica al reciclaje de residuos y a la vez promociona la inserción laboral

miércoles 15 de noviembre de 2006, 13:18h
Antes de tirarlo, reconvertirlo. Esa es parte de la filosofía de un proyecto madrileño que ha sabido conjugar la preocupación por el medio ambiente con la inserción sociolaboral. El resultado es Ecolínea, un empresa de casi dos años de andadura cuya vocación de reciclado va desde la fabricación de bolsos, carteras, estuches o delantales a partir de lonas de publicidad hasta la recogida de pilas y de aceite vegetal usado, que se transforma en biogás o en jabones decorativos.

Se han propuesto cumplir con los tres pilares del desarrollo sostenible: el económico, porque son una empresa, el social, porque promocionan la inserción laboral de personas con difícil acceso a un puesto de trabajo, y el ambiental, porque aprovechan lo que otros tirarían a la basura o quemarían en vertederos. Son un grupo de mujeres y hombres que un día creyeron que el entorno, no sólo el natural, sino tam bién el humano, se merece mucho más. La idea primitiva de Ecolínea nació a su vez de un proyecto conjunto de cinco entidades con experiencia en inserción sociolaboral en la Comunidad de Madrid, que se desarrolló dentro del programa europeo Equal. Cuando, en 2004, el proyecto tocó a su fin parte de los integrantes del mismo como la Asociación Candelita, Los Molinos o Emas decidieron sacar mayor partido a la idea de la recuperación de residuos. Así fue como nació esta empresa de yacimiento de empleo en el sector del medio ambiente que descuelga lonas y carteles publicitarios, recoge aceites usados, recopila pilas y apila textiles para darle nuevos usos.

En su taller de Collado Villalba se amontonan inmensos cartelones, banderolas publicitarias y carteles de pvc que antes se lucieron en fachadas de edificios o farolas y cuyo destino, aparte de la reutilización, no es otro que el vertedero o la incineradora. "El pvc es muy contaminante y crea muchos problemas durante todo su ciclo de vida", explica el coordinador del Área de Medio Ambiente de Ecolínea, Pablo García Serrano, que se lamenta de que tengan que quemarse productos con tan alto contenido en sustancias tóxicas como dioxinas. "Existen numerosos estudios sobre los efectos tóxicos: cáncer, daños a los sistemas inmunológico, reproductor o nervioso". En este panorama tan poco halagüeño que presenta Pablo el atisbo de luz es el trabajo de Ecolínea, que entra a jugar un papel fundamental en este ciclo. "A través de acuerdos con empresas de publicidad exterior éstas nos donan las lonas seis meses después de que finalice la campaña, las recogemos y las traemos aquí para convertirlas en todo lo que puedas imaginar", dice Andrea Sampaio. Son bolsos, bandoleras, carteras para congresos, carpetas, fundas de traje, petos deportivos y hasta delantales o estuches escolares.

La salida directa de estos productos es difícil, ya que Ecolínea no cuenta con distribuidores por lo que el margen de beneficio es escaso y el mayor negocio está en hacer trabajos por encargo, es decir, contactar directamente con la empresa anunciante que encarga determinados productos para campañas, congresos o regalos promocionales. Ése fue el caso de la Fundación 2012, a la que hicieron todo el material que llevó la delegación madrileña de la candidatura para los juegos olímpicos en su viaje a Singapur, donde Madrid fue finalmente eliminada. "Todos los miembros que representaban a la ciudad llevaban una cartera de plástico que antes fue parte de las lonas y carteles de Madrid 2012", recuerda Sandra. Algo parecido ha hecho la Fundación Movilidad del Ayuntamiento de Madrid, organizadora del Congreso Internacional de Movilidad para el que se se entregó a ponentes y asistentes su documentación en una carpeta que antes fue parte de una gran campaña turística para promocionar Madrid.

Pero son sólo una pequeña parte del trabajo y si no, las cifras hablan por sí solas: en 2005 Ecolínea recogió y reutilizó cuatro toneladas de lonas de pvc, 513 horas de mano de obra externa, 287 monederos y estuches, 335 bolsos para la comitiva Madrid 2012, 266 carpetas o 206 maletines para jornadas y congresos. Pero el taller, donde Lourdes trabaja sin levantar la cabeza de la máquina de coser, esconde otras sorpresas como los babis para Aldeas Infantiles, o las decenas de disfraces confeccionados con ropa de segunda mano. También en Ecolínea espera a ser reconvertida la bandera de tres kilómetros que se paseó por las calles de Madrid en la promoción de la candidatura del 2012.

 

Aceite vegetal
La empresa tiene otro perfil de trabajo en el sector del aceite vegetal con la recogida puerta a puerta en la hostelería y próximamente la extensión de una red de puntos fijos de reciclado de aceite en varios municipios de la capital como El Escorial, San Lorenzo del Escorial y Valdemorillo, donde ya funcionan, y a los que se sumarán Colmenarejo, Collado-Villalba, Galapagar, Guadarrama, Soto del Real, Navalagamella, Robledo de Chavela y Zarzalejo. El ratio estimado alcanzará un punto de recogida por cada 5.000 habitantes, según explican. Sólo en el 2005 con la recogida puerta a puerta en restaurantes y hoteles se recopilaron 5.000 litros de aceite, la mayor parte destinados a la planta de biodiésel de Alcalá de Henares y un 10 por ciento a la fabricación propia de jabones decorativos. Sobre Ecoaceite Pablo asegura que es "una experiencia innovadora porque existen muy pocas alternativas de eliminación que sean accesibles para el ciudadano" y espera que en un futuro se convierta en parte básica del proyecto de Ecolínea que a la vez da cursos de fabricación de jabón artesanal. "Lo siguiente que queremos hacer, además de los jabones, son productos del hogar ecológicos".

Otro de los proyectos en los que se ha embarcado la empresa es en la recogida de pilas, que se hace ya en Alcalá de Henares, el Centro comercial La Vaguada de Madrid y que se extenderá muy pronto, según Pablo, a otros puntos de la Comunidad de Madrid con la ubicación de llamativos contenedores en forma de pila gigante "con los que pretendemos sorprender a los ciudadanos e invitarles a que reciclen. Es una forma más de continuar siendo fieles a su propósito medioambiental y de hacer de los desechos, verdaderos hechos.

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