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Indígenas celebran recogida de cosechas con una ceremonia en el 'Baño del Inca'

Indígenas celebran recogida de cosechas con una ceremonia en el "Baño del Inca"

lunes 23 de junio de 2008, 05:09h

El festejo se enmarca en la celebración del "Inti Raimy" o la "Fiesta del sol" de los indígenas andinos, que arranca en la fecha en que se produce el solsticio de verano.

Decenas de indígenas de la comunidad de Saraguro, en el sur de Ecuador, celebran desde este fin de semana la recogida de las cosechas, con un ritual en el "Baño del Inca", una imponente cascada sagrada donde purifican sus almas.

La comunidad de Saraguro, enclavada en una meseta andina, retomó la celebración festiva del "Inti Raimy" desde hace unos 20 años, luego de siglos en que el ritual había sido recordado en silencio.

Los vecinos de los recintos Las Lagunas, Ilincho y Gunudel, en las inmediaciones de Saraguro, en la provincia andina de Loja, se visten de fiesta para agradecer al sol (Inti, en quechua) y a la tierra (Pacha).

Muy temprano los campesinos se congregan en la comunidad para emprender una caminata de unos cinco kilómetros de distancia, hasta llegar al "Baño del Inca", la cascada sagrada, donde el sol y la tierra se juntan para purificar las almas de sus hijos.

Esta fiesta es especial, dijo a Efe el antropólogo Segundo Saca, miembro de la comunidad de Saraguro, tras explicar que es "la última del año, de acuerdo al calendario andino", y porque supone la distancia temporal entre las cosechas y las siembras.

Saca aseguró que, como una analogía de ese ciclo, el "Inti Raimy" es una fiesta celebrada por los hombres de la comunidad, pero que luego da paso al "Cuya Raimy" (la conmemoración de la semilla), que inicia hoy mismo y que la festejan las mujeres.

Es la relación de vida entre el Inti y la Pacha, según la cosmovisión andina, añadió Saca, al recordar que las otras fiestas mayores de los indígenas son el "Pauca Raimy", el 21 de marzo, y el "Capac Raimy", el 21 de diciembre, que marcan diferentes etapas del ciclo solar y de la fertilidad de la tierra.

En la celebración, los "yachak", los sabios de la comunidad, que conocen sobre las energías del sol y la tierra, inician el ritual, ante los campesinos y sus "capak" o dirigentes, que esperan ser purificados.

Los que se apuntan para recibir la purificación, cantan y danzan con sus "ayllus" (familias), que aguardan en las cuevas de Sinicapak, cerca de la vertiente, hasta que sea el mediodía.

En esas cuevas, los indígenas participan en otros rituales y presentan ofrendas al sol, a la tierra, al agua y al fuego, que son los cuatro elementos esenciales de la cosmovisión andina.

Los sabios lanzan sus conjuros a los dirigentes para brindar protección y extraer las malas energías y les dan a beber un brebaje antes de ir a la cascada.

Saca relató que este tipo de rituales son muy espirituales para los indígenas de la zona de Saraguro y señaló que por eso solo recientemente se ha permitido que personas extrañas a la comunidad participen en la celebración.

El turismo, sobre todo el denominado "étnico", ha abierto el festejo a los visitantes. En esta ocasión, un grupo de turistas alemanes y españoles acompañó a los indígenas hasta el "Baño del Inca" y a los festivales de danzas autóctonas en los poblados.

Pero este festejo se extiende a lo largo de toda la cordillera andina del país y en el norte, en la localidad de Illumán, danzantes y disfrazados agradecen "al padre sol y a la madre tierra por las cosechas",.

Así lo indicó a Efe Enrique Ipiales, uno de los "priostes" u organizadores del festejo. En esta localidad, el ritual del baño y la purificación se lleva a cabo en la pequeña cascada de San Juan.

Uno de los peculiares rituales de la celebración en Illumán es "la entrada del ramo de gallos", en el que la comunidad define a los organizadores del "Inti Raimy" del próximo año.

Ese ritual consiste en amarrar varios gallos a una acuerda, que cuelga entre dos postes, mientras los miembros de la comunidad celebran, con licor y música, y bailan debajo del aparejo.

El licor y la alegría motiva a los danzantes a tocar los gallos, hasta que alguno de ellos, de forma voluntaria, agarra el cuello de una de las aves y lo tuerce. Esto significa que acepta ser el "prioste" u organizador del festejo para el próximo año

 

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