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La falta de apoyos del PSOE en el Congreso tensiona las relaciones entre CDC y UDC

La falta de apoyos del PSOE en el Congreso tensiona las relaciones entre CDC y UDC

miércoles 25 de junio de 2008, 23:31h
Es una historia tantas veces repetida, que no puede más que ser cierta: las relaciones entre los dos polos de CiU no son buenas, y no lo son especialmente entre las direcciones de ambos partidos.

En los respectivos estados mayores de los partidos de la federación nacionalista se quita hierro a la situación. Explican que los medios, políticos y informativos, llevan desde la transición vaticinando la ruptura y nunca se ha llegado a un punto de no retorno.

Lo cierto es que entre Convergència Democràtica de Catalunya (CDC) de Artur Mas y Unió Democràtica de Catalunya, (UDC) de Josep Antoni Duran i Lleida las aguas no bajan claras. Los observadores de la actividad parlamentaria en Madrid lo notan cada vez con más fuerza. Consideran que en la medida en que el PSOE necesite apoyos externos saldrá más a la superficie la divergencia de fondo que afecta a CiU.

En síntesis, se atribuye a UDC el deseo de formalizar con claridad el acuerdo con el PSOE para a partir de ello plantear contrapartidas que puedan ser reivindicadas en Cataluña.

En CDC andan más preocupados por el frente interno, local. Por ello optan por no aparecer demasiado del brazo del PSOE y vender así, cuando sea imprescindible, más caro el apoyo.

Detrás de todo ello también hay motivos ideológicos. Estos llevan a unas prácticas determinadas que terminan por enemistar a las bases de ambos partidos.

UDC se define como un partido no confesional, pero al mismo tiempo defiende sus raíces cristianas. Ello lleva a esta organización a plantear algunos retos que molestan a sus coaligados. Aspectos ligados a la concepción moral, como la homosexualidad distancian a los seguidores de UDC de los de CDC. Mientras los primeros tienen una visión parecida a la de la iglesia católica, los segundos han llegado a crear una plataforma de Gais, convergais, que fue apadrinada por sus máximos dirigentes. En sentido contrario, UDC se siente próxima a la doctrina socialcristana, incluso en algún momento llegó a tener una organización sindical afín, mientras que en CDC apuestan por el liberalismo menos intervencionista.

Igualmente, en el ámbito de la escuela, los primeros defienden las escuelas concertadas que en Cataluña tienen en muchos casos raíces religiosas, mientras que el segundo partido, CDC plantea la religión como parte del ámbito particular. Aún así, durante décadas CDC estuvo liderada por Pujol que se ha definido siempre como católico practicante.

Por poner un ejemplo, en diciembre de 2006 UDC se desmarcó en el Parlamento de Madrid al presentar por su cuenta ocho enmiendas a la ley biomédica del gobierno del PSOE, cosa que molestó sobremanera a muchos militantes de CDC, mucho más abiertos en este sentido.


Congreso de CDC y el soberanismo

Entre los días 9 y 11 de julio CDC celebra su congreso. Durante todo el período previo diversas agrupaciones locales del partido han presentado enmiendas independentistas. No se sabe si prosperarán, pero lo que si está claro es que el partido de Duran, que tiene también partidarios del Estado catalán, aunque minoritarios, no ve el debate con buenos ojos.

Precisamente por ello es que Dura i Lleida ha decidido extremar la prudencia para evitar interferir en el congreso de CDC. La delicadeza se explica porqué en dicho cónclave se debatirán las relaciones entre los dos partidos de la federación. Los partidarios de romper con UDC han creado una corriente política denominada “desfederémonos” . Para evitar choques, UDC ha soslayado que Duran se pronuncie y ha potenciado el papel del secretario general democristiano ,Josep María Pelegrí, que en rueda de prensa ha desmarcado a su partido de las ansias irredentas de algunas agrupaciones de CDC. En este sentido, Pelegrí ha afirmado que ellos, tienen un modelo de estado diferente del de CDC.

A nivel local cada vez que hay elecciones municipales se repiten los casos de poblaciones medianas en Cataluña donde la federación se presenta por separado. Hasta ahora el problema era pactar quien usaba las siglas comunes y decidirlo levantaba ampollas. En la coalición se ha acordado que en las próximas elecciones municipales este problema estará solucionado, lo que oficializa la existencia de listas divergentes, e incluso alianzas de unos contra otros.

 Si el PSOE decide tener aliados estables y sigue mirando hacia los nacionalistas moderados de Cataluña puede que se plantee en la federación un problema serio. Entonces se verá si la práctica del acuerdo in extremis funciona, o las cosas se rompen definitivamente.
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