No cualquiera puede presumir de una nariz de oro. Quien sí tiene esa posibilidad es, sin ningún género de dudas, el catalán David Seijas Vila, ganador del premio Nariz de Oro 2006 que distingue al mejor sumiller español, ya que acertó cuatro de los cinco alcoholes y vinos catados en copa opaca que era necesario describir sólo con el olfato. María Teresa Pérez, de La Cuina de Boro, en Náquera (Valencia) y Raúl González Baena, del restaurante Mesana del Hotel Guadalpín, de Marbella (Málaga), quedaron respectivamente como segunda y tercer finalista.
Un total de 93 sumilleres seleccionados entre unos 500 profesionales se dieron cita este fin de semana en la XV edición del certamen Nariz de Oro. Las pruebas eliminatorias que habían debido superar para llegar a la final habían sido complicadas, pero nada que ver con la final que les esperaba, en la que, sólo con el olfato, debían mostrar un gran conocimiento y memoria olfativa. Los participantes no podían llevarse la bebida a la boca, ni utilizar la vista, ya que la bebida venía servida en una copa negra, opaca.
Los 93 finalistas escucharon una charla sobre cinco vinos que también cataron y que posteriormente se les retiró; uno de estos vinos fue servido en una copa negra y sólo con el olfato tuvieron que descifrar sus principales características que describieron (marca, añada, composición varietal y cata) en una ficha.
Tan sólo 8 pasaron esta fase que tuvieron que descubrir el contenido de otras cinco copas opacas, utilizando de nuevo únicamente el olfato, que tienen que describir en cuatro minutos.
Si (
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