El comisario europeo de Fiscalidad, Laszlo Kovacs, ha anunciado su intención de rebajar los impuestos de productos básicos y actividades de uso intensivo de mano de obra. Una de estas actividades es la construcción, que podría beneficiarse de un tipo reducido del 7%.
La medida ha sido recibida con tibieza por el sector español, que desde la adhesión a la UE disfruta ya de un IVA semejante. El caso es semejante para las empresas de rehabilitación, que tienen también un tratamiento fiscal ventajoso. Así las cosas, las actividades que notarán más la medida comunitaria serán todas las relacionadas con la reparación de viviendas, tales como la fontanería y la electricidad, que por ahora tributan al 16%.
La propuesta comunitaria tampoco ha suscitado grandes muestras de interés en las empresas dedicadas a la rehabilitación. En este caso, la decisión del Gobierno español de reducir el IVA que deben pagar estas compañías, medida aprobada en el primer trimestre del año, anticipó la línea que ahora la Comisión Europea ha impulsado desde Bruselas.
En esta situación, la iniciativa del comisario Kovacs parece tener un alcance muy limitado para el panorama empresarial español, que está embarcado en otra lucha fiscal: convencer al Gobierno de que establezca un impuesto reducido a la compra de suelo, que ahora está al 16%.
Los que más lo van a notar parecen ser, pues, los consumidores, que son usuarios de múltiples servicios de renovación inmobiliaria que en unos años podrían ser más baratos. En caso de que la medida salga adelante, la organización Facua ha aconsejado estar alerta con las facturas para que la rebaja fiscal indirecta no sea compensada por las empresas para incrementar sus precios y sus beneficios.
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