Expropiador de bancos

Jaime Giménez Arbe, 'El Solitario', ha comparecido ante el juez por el presunto asesinato de dos guardias civiles en Castejón (Navarra). Como era de esperar, la vista del juicio de este sujeto, que se declara anarquista, propiciaba una actuación tragicómica. La tragedia radica en el asesinato de los dos guardias civiles, que El Solitario atribuye a  un terrorista corso, de quien, por cierto, él heredó una metralleta, pese a  saber presuntamente que estaba manchada de sangre,  y también  en la interminable serie de atracos a entidades bancarias. 

La tragedia es lo importante en este juicio. Pero la comedia se abre paso cuando el juez lo presenta profesionalmente como atracador y El Solitario, como si fuera el mismísimo autor schopenhauriano de 'Los dos problemas fundamentales de la ética', salta indignado y le contesta al juez que él es un trabajador, que ha trabajado siempre y se siente orgulloso de ello. Dice: “No soy ningún atracador, soy un expropiador de bancos, y a mucha honra”. ¡Expropiador de bancos, y a mucha honra! Hay que apelar a los cien años de  genial comedia italiana  para encontrar una frase tan cómica como esta.

Quienes, por cierto, en ocasiones nos sentimos atracados por las desaforadas comisiones de los bancos quizá sentimos la tentación de sintonizar, por un momento,  con El Solitario. Pero no. Él se declara trabajador pero oculta que  ha cotizado muy poco a Hacienda. Este sujeto tan narcisista, que se declara antisistema, no puede hacernos cómplices.