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Saber jalar

Saber jalar

viernes 18 de julio de 2008, 03:01h

“Jalar”, es un trabajo, mal remunerado y peor comprendido. usted o yo, por ejemplo, nos ponemos a ejercer este viejo oficio sin admitir que somos unos amateurs y corremos el riesgo de provocar un efecto contrario al buscado.

Tomemos un caso arrancado de la vida misma. en una de sus continúas idas y venidas Maracay-Caracas-Maracay, Juan Vicente Gómez ordenó detener la comitiva.

—Tarazona, “ordenále al chófer” que se estacione en el hombrillo porque tengo una “necesaria”.

Gómez, tenía dificultades para la micción. luego de internarse en un matorral, transcurrieron varios minutos angustiosos para sus acompañantes, hasta que ¡por fin! se escuchó un chorro que se estrellaba contra la maleza.

Fue entonces cuando un tal Uribe, para su caída en desgracia, porque el Benemérito lo tomó a burla, tuvo la ocurrencia de formular el siguiente comentario de mal gusto:

—¡qué petróleo, ni qué petróleo, ese es el verdadero chorro que salvará venezuela!

Dicen que, todavía, el espíritu en pena del desafortunado merodea por los alrededores de lo que fue “La Rotunda”.

Chupar medias, guindarse, jalar mecate, arrastrarse, columpiarse en la entrepierna viril o ser un jalabolivariano son unas pocas, apenas, de las numerosísimas expresiones que describen este oficio. esto es así, porque la existencia de sinónimos es directamente proporcional a la proliferación de una conducta, en una sociedad determinada.

Más allá de la semántica el asunto tiene sus matices. una cosa es mecerle la hamaca al jefe tirando de una cabuya y conjugar, literalmente, el “jalar mecate” y otra columpiarse a dedo pelado o sostenido por los dientes, lo cual puede resultar dañino para el adulado respectivo porque a más de uno tales desmesuras le han producido orquitis y al final ¿qué es lo que quiere el “jalador”? la concesión de unos suculentos dólares en CADIVI o la megacomisión por la compra de los aviones Sukhoi o el bobalicón y hasta desabrido otorgamiento, a dedo, de un contrato de suministro en alguna de las llamadas misiones.

En el socialismo del siglo XXI, ha cobrado auge adular, por la vía de las imitaciones. hablar, gritar, payasear, amenazar, denunciar complots, apalear estudiantes, como el jefe. sin embargo, ser más papista que el papa también requiere de la dosis precisa. es como curarse con goticas de curare. pecar por defecto, no sana y un miligramo de más, fulmina de manera instantánea.

Son las 4:00 p.m. del miércoles pasado. luego de pensar lo que le sonará más grato a los oídos de miraflores, Agapito Mondragón, escribidor supuesto intelectual bolivariano y beneficiario de las sinecuras gobierneras. aparece como entrevistado en un programa por VTV a dar su versión sobre la liberación de la Señora Betancourt.

—¡venezolanas, venezolanos! luego de consultar “el oráculo” (de el guerrero, no el de Grecia); de interpretar los sucesivos tics nerviosos del cachete izquierdo de nuestro máximo jefe, he llegado a la siguiente conclusión: el de Ingrid, fue un autosecuestro, en complicidad con baby Bush, Uribe, el Cardenal Velasco (qepd),

Monseñor Castillo Lara (qepd), también con la asesoría del testigo estrella, Giovanni Vásquez. ¿van a creerse ese cuento chino o colombiano, que Ingrid estaba prisionera por órdenes de “tiro fijo”? ¿no se dieron cuenta de lo rozagante, lo lúcida, lo buenota que está, después de seis años de supuesto cautiverio? ¡esa mujé no etaba secuetrada na’ sino que durante to’ ete tiempo, lo etaba pasando goldo en Saint Germain de Prés, allá en los París!

Imitar de manera servil, como un mandril —sin alusiones personales— los ademanes del jefe máximo entraña sus riesgos: lamerbotas militares, no lo es todo, porque el asunto exige sentido del momento.

—¡caramba, ese tal Agapito, no se da cuenta que como vienen las elecciones ando en la nota de conciliador, con uribe y hasta con bush!

Fue cuando Chávez, recibió a su colega colombiano como un “hermano” y a los agapitos mondragón, los tiraron a la basura como lo que son, en realidad, unos condones usados.

Omar Estacio
Abogado, columnista de opinión

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