El transporte de carga marítima es el más eficiente

 Las rutas marítimas no han tenido competencia en la historia del transporte de carga o de gentes. Mover carga a través de ríos, lagos o mares fue siempre más barato que cualquier otro sistema de transporte.  Las avenidas marítimas no necesitan pavimentarse, ni ponerles semáforos, puentes o sistemas de alumbrado.

Las recientes tecnologías de los grandes armadores están permitiendo la construcción de naves nunca imaginadas, capaces de mover más de 12 mil contenedores, transportando mercancías y materias primas entre los grandes centros manufactureros y los mercados.  La manera más barata de comunicación es por las rutas cortas, en la modalidad ‘toda agua’, donde la carga va de origen a destino sin ser manipulada en puertos, o transportada por otros medios como ocurre en los canales secos.

Esta realidad, que se ha puesto en evidencia apenas empezado el proyecto de ampliación del Canal de Panamá, empieza a precisar la prospección del istmo hacia el futuro, imaginando desde ahora un canal que permita el paso de los superpostpanamax, que seguramente serán las naves que transporten la enorme cantidad de carga para satisfacer los gigantescos mercados de mediados del siglo XXI.

Un canal de 4 juegos de esclusas, por donde pasarán veleros de no más de 24 pies de eslora, mientras que enormes naves de más de 600 metros de eslora y 80 de manga, capaces de moverse a más de 40 nudos.  Más carga, más rápido, menos rutas de línea con necesidad de distribución de carga y rutas toda agua, aunque los centros de redistribución nunca dejarán de ser necesarios.