¿Nuevos tiempos? Eso parece.
Mariano Rajoy llegó a la sede del PP, en la madrileña calle de Génova, serio, un gesto que parecía presagiar que su encuentro con
Zapatero no había salido tan a pedir de boca como minutos antes lo había presentado el presidente del Gobierno. Pero, no. Esta vez las cosas han ido bastante bien y entre ambos dirigentes se ha restablecido un alto grado de entendimiento y, sobre todo, de buenos propósitos, que contrastan con el clima de tensión y frialdad de las anteriores reuniones –ésta era la décima- de las que Rajoy siempre ha salido destacando el abismo que en todos los asuntos de Estado mantenía con Rodríguez Zapatero.
En palabra del propio líder de la oposición la reunión se desarrolló “
en términos muy razonables”. “Este es un paso adelante y la vida se hace mediante pequeños pasos”, añadió, dando a entender que las grietas entre los dos no se pueden arreglar en un día.
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Por ello, Rajoy destacó en primer lugar sus importantes discrepancias con el presidente en cuanto a la forma de enfrentarse a la crisis económica. “
Lamento profundamente que el Gobierno se empecine en el diagnóstico de la situación económica porque las cosas no se arreglan solas. Hay que tomar medidas, para eso está el Gobierno de España para arreglarlas cosas y lo que tiene que hacer es reconocer la verdad”, sentenció Rajoy desgranando luego las ‘
recetas” que le ha dejado encima de la mesa al presidente por si quiere tomar nota de ellas, entre las que destaca limitar el crecimiento del gasto público al 2% en los presupuestote 2009. Precisamente, el punto en el que Zapatero ya ha advertido que no va a ceder y que será
“el límite” para llegar a acuerdos con las demás fuerzas políticas y sociales.
Satisfacción sobre terrorismo
Una vez que dejó claro este “
desacuerdo”, Rajoy pasó a los acuerdos, que a la vista de lo que explicó, son bastantes e importantes. En primer lugar, en
materia antiterrorista, asunto que ha sido el caballo de batalla contra el Gobierno por parte del PP en la anterior legislatura. Aquí el líder de la oposición no ocultó su satisfacción ya que Zapatero ha admitido que no habrá una nueva negociación con la banda etarra, aunque no se concretó si se revocará la resolución de mayo de 2005 aprobada en el Congreso con el consenso de todos los grupos, salvo el PP.
Y aunque no se reeditará el Pacto Antiterroristas como tal, si se recuperará su
“espíritu” con “
una estrategia compartida” y intercambio de información periódica al PP de forma
“singular” de todo lo que se refiera la lucha contra esta lacra. El compromiso en esta materia incluye también el apoyo efectivo a las víctimas, el empleo de todos los medios del Estado de Derecho para combatirlo, el refuerzo de la cooperación internacional y el respaldo a las Fuerzas de Seguridad del Estado. En este apartado Rajoy destacó también como algo positivo el rechazo del Gobierno a los planes del lehendakari
Ibarretxe, presentando, al igual que ha hecho su partido, un recurso de inconstitucionalidad contra el referéndum que ha planteado en Euskadi. De lo que no hablaron fue de un posible acuerdo entre el PP y el PSE tras las elecciones vascas que, previsiblemente, se adelantarán a octubre.
Desbloqueo órganos de la Justicia
Otro de los grandes avances de sus nuevas relaciones es el desbloqueo de la renovación de los principales órganos de la
Justicia, el Consejo General del Poder Judicial e incluso del Tribunal Constitucional, que estaba encallado tras el fallecimiento del
Roberto García Calvo. Rajoy subrayó que se hablará para cerrar el pacto en septiembre sobre nombres. Además, habrá acuerdo para agilizar y modernizar la Justicia, con la implantación de la oficina judicial, la informatización del sistema, y la extensión de los juicios rápidos en el ámbito civil y penal. A su juicio todo esto es algo que urge y una “
prioridad básica” para su partido por
“la pésima situación de la Justicia”.
También ha dicho que se endurecerán las penas por delitos sexuales y se hará un registro de pederastas. Sin embargo no ha habido acuerdo en el modelo judicial único, lo que pone en peligro la garantía de igualdad de todos los ciudadanos ante la ley.
Hubo algunas preguntas que dejó sin contestar Mariano Rajoy o que lo hizo esquivándolas hábilmente. Por ejemplo, no quiso reconocer si a partir de ahora se va a enterrar la “crispación” una estrategia que supuestamente es lo que provocó que perdiera las elecciones generales. “
Yo siempre he mantenido la voluntad d y la necesidad de cerrar Pactos de estado como cualquier `personal normal”, se defendió el líder de la oposición. “
Lo sensato y razonable es que el gobierno tenga nuestro apoyo en materia antiterrorista. Es algo que merece la pena apoyar”. Replicó dejando en el aire si esta es la reunión “más provechosa” de las diez que ha mantenido con Zapatero desde que éste gobierna y él ejerce como jefe de la oposición. Pero la realidad se impone.
Si (
No(
