Las grandes naves postpanamax que ya navegan los mares del planeta, y los superpostpanamax en construcción, podrán usar el atajo que supone el Canal de Panamá, ahorrando tiempo en el mar, consumo de combustibles y minimización de las emisiones de gases de invernadero (CO2) a la atmósfera. Esa es la opinión de los expertos que se reúnen trimestralmente para evaluar y establecer estrategias marítimas sobre la ruta toda agua del Canal.
La ruta adquiere así la jerarquía de 'ecológica', porque al aumentar la capacidad de carga en rutas más cortas, se reduce el uso de combustibles. Los beneficios de la ampliación del Canal interoceánico potenciarán la llamada "ruta verde" entre la Costa Este de Estados Unidos y Europa, así como las otras rutas que conectan la Costa Este de los Estados Unidos estadounidense, con Sudamérica y los países asiáticos. La ruta canalera es más rápida, más limpia y amigable con el medio ambiente, así como eficaz.
El Canal se encuentra en expansión constantemente, mejorando sus cauces de navegación y su funcionamiento. Pero ahora tiene que permitir el paso de los postpanamax, y en un futuro no muy lejano, los superpostpanamax que circunnavegarán el globo terráqueo con cargas que triplicarán la que actualmente transportan las naves más grandes.
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