En su segunda jornada de visita por esta provincia, donde se registró el epicentro del seísmo, el fuego olímpico fue recibido en Mianyang por miles de personas que coreaban "Ninguna dificultad puede doblegar el espíritu del pueblo chino".
En el Estadio de Jiuzhou, que durante semanas fue improvisado centro de acogida de refugiados, estudiantes y soldados recrearon las tareas de rescate del terremoto.
Los 88 relevistas y los miles de ciudadanos que salieron a las calles para ver el relevo entonaron también la patriótica "Cantar por el país", enarbolando multitud de banderas nacionales.
Antes de llegar a Mianyang, la llama pasó por la ciudad de Leshan, donde subió al Monte Emei, uno de los cuatro picos sagrados del Budismo en China y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1996.
El último de los 185 relevistas fue Pu Guoqiang, que perdió a su esposa y a su suegra en el terremoto y es director de una de las miles de escuelas que se derrumbaron con el seísmo debido a la mala calidad de la construcción y que causaron la muerte de más de 10.000 niños.
El recorrido del llamado fuego sagrado terminará mañana en Chengdu, la capital provincial, antes de emprender rumbo a la capital olímpica, Pekín, donde será recibida con fuertes medidas de seguridad.
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