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Gran tarde de 'El Juli' en la Monumental de México

Gran tarde de 'El Juli' en la Monumental de México

martes 06 de febrero de 2007, 10:36h
En el 61 aniversario de esta mítica plaza el español cortó dos orejas. Pero no estuvo sólo en el triunfo. El colombiano César Rincón y el mexicano Arturo Macías también cortaron dos orejas cada uno. Sólo el mexicano Ignacio Garibay se fue en blanco.
El colombiano César Rincón, el español Julián López 'El Juli' y el mexicano Arturo Macías cortaron dos orejas cada uno en la corrida del 61 aniversario de la Monumental Plaza México.

Sólo el mexicano Ignacio Garibay se fue en blanco, pero como sus alternantes, estuvo por arriba de las condiciones de sus enemigos en un festejo que se inició con casi una hora de retraso debido al aguacero y que finalizó también con mucha agua.

Con la mejor entrada de la temporada, unas 35.000 personas, en tarde con agua y frío, se lidiaron cuatro toros de Xajay (primero, tercero, sexto y octavo) y cuatro de Barralva, justos de presencia, todos descastados, con buena clase el quinto, pero en general les faltó fondo a los astados.

Sin embargo, hubo un lote con suerte, que se encontró a dos maestros, Rincón y Julián, quienes hicieron gala de su maestría profesionalismo, sitio y esa actitud de figuras.

Garibay estuvo muy entregado y más aún Macías, que dio respuesta a los maestros de tú a tú para colocarse, definitivamente, como el triunfador de la campaña. Tres tardes, siete orejas y tres salidas a hombros.

Rincón, en su primero, manso y rajado, le cuajó una labor interesante y mató pronto para salir al tercio. Y con el quinto, el toro de más clase, estructuró un trasteo inteligente, digno de su jerarquía, y mató recibiendo. Dos orejas entre aclamaciones.

'El Juli', no se quedó atrás. Con su primero había tenido momentos brillantes que calaron mucho, pinchó dos veces y todo quedó en salida al tercio.

Con el sexto, otro manso con nobleza, salió a defender su sitio y terminó no sólo cuajando a la res, sino que convenció. Gran estocada, dos orejas con fuerza.

Garibay, con el primero que tampoco colaboró, muy torero. Al final se templó, pero por pinchar perdió quizá la oreja y saludo en el tercio.

Con el séptimo, áspero y sin calidad, sin ritmo, valiente, ya entre otro aguacero, tardó en matar. Aviso y silencio.

Macías, que se ha consolidado como un prospecto con condiciones para ser figura, se ha puesto en los cuernos de la luna.

Si en su primero, otro manso parado, tuvo destellos y saludó en el tercio, con el toro que cerró plaza salió a morirse. Y triunfó.

Toreo enorme con el capote, faena en que se puso en el sitio de los maestros y mató de estocada. Dos orejas, con la gente entregada ante esa actitud de mostrar lo que quiere ser.
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