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La cómica roja viajó a China

La cómica roja viajó a China

miércoles 20 de agosto de 2008, 23:57h

La poderosa magia negra del Gobierno, el enorme influjo de Belcebú en las cosas que adelanta la revolución y la gigantesca pava del proceso entraron en acción sin ningún tipo de miramientos. Y bien lejos. Las fuerzas malévolas se fueron a China, mono deportivo mediante, y acompañaron a la selección olímpica venezolana sin darle respiro en ningún momento.

Es que lo que toca el proceso revolucionario lo vuelve cólico dominical. Cerraron a RCTV para crear el bodrio de Tves. Mataron el viejo bolívar para dar salida al bolívar fuerte y luego pasar a la lionza, el turimiquire y el zambo. Pdvsa pasó de una de las más consolidadas empresas del mundo a una caja chica del Gobierno para financiar maletines y los paseos por la selva de Piedad Córdoba. El Banco Central se convirtió en un declarador de dudosas estadísticas y emisor de boletines de inflación. Nada más. La Fuerza Armada, ahora bolivariana y socialista, se transformó en un ente organizador de desfiles, vendedor de pollos y mayordomo de busetas inseguras.

La capacidad de la revolución para mentir es colosal. Se empeñó, a punta de dólares, en meter la mayor cantidad de viajeros para las Olimpíadas. Después inicia una campaña atacando a los gobiernos anteriores por ser unos limpios que no podían mandar más de 30 muchachos a competir. Sigue, gastando mucho real, una impresionante campaña publicitaria colocando al Gobierno como ganador del oro por su gestión deportiva. Y termina el show, dentro de la debacle de los atletas revolucionarios en China, señalando alegremente, desechando criterios para exigir y mejorar, que lo más importante no son las medallas ni los éxitos sino que el tricolor vuele alto. Aquí lo único que vuela alto es la irresponsabilidad y la payasería. Piratería de la más barata. La cómica roja.

Como dice nuestro líder, guía y pastor lo más importante no es ganar sino competir. Las medallas no importan. Claro. Después de la tremenda barrida que cogieron las semillas de héroes no hay palabras más adecuadas que las del frustrado pitcher, quien aplica la misma máxima en su quehacer de monarca de la revolución criolla. No ganamos, hicimos el más socialista ridículo, pero estamos trabajando para el futuro, estamos creando un sueño. Piratas.

Y es que el país no gana una desde hace mucho. Y no solamente en deportes. La sucesión de derrotas es una olimpíada en sí misma. Pero, lo bueno es que con el cuento del socialismo, los militares están creando un sueño.

Por otra parte, hay que entender. Ganar implica pasta de campeones, planificación, disposición, tener lo que hay que tener. Y no siempre es así. Por ejemplo, no hay equipo en el mundo que sobreviva a Chávez como coach de primera. Hizo ese papel con las muchachas del softbol antes de ir a China y ya saben cómo les fue. Candela pura.

Una revolución perdedora. Y pirata.

Elides J. Rojas
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