Madrid.- Las cajas negras del avión que se estrelló el miércoles en el aeropuerto de Madrid, causando la muerte de un centenar de personas, fueron recuperadas y serán el principal elemento de investigación del siniestro más grave ocurrido en España desde 1985.
Un juez de Madrid se hizo cargo de manera inmediata de la investigación del accidente y ordenará un informe sobre el contenido de las cajas negras de la aeronave accidentada, que registran la actividad de los instrumentos y las conversaciones en la cabina.
Fuentes jurídicas informaron a Efe de que el magistrado se trasladó al aeropuerto, al frente de una comisión judicial, para proceder al levantamiento de los cadáveres.
Los cuerpos del centenar de fallecidos fueron trasladados a un recinto ferial próximo al aeropuerto, donde la policía científica y los forenses proceden a las labores de identificación.
Para ello se habilitó un equipo de una veintena de forenses y una sala refrigerada para la conservación de los cuerpos.
El avión siniestrado, una aeronave modelo MD-82 de la compañía Spanair con destino a Gran Canaria y con código compartido con la aerolínea alemana Lufthansa, salió con una hora de retraso, según fuentes aeroportuarias, que no precisaron las causas de la demora.
Según estas fuentes, el avión pudo caer al final de una de las pistas de la terminal 4 del aeropuerto de la capital española segundos después de despegar, se partió y se incendió.
En el aparato, según otras fuentes consultadas por Efe, viajaban 164 pasajeros, más 9 miembros de la tripulación.
Duelo nacional
Los Gobiernos de Comunidades Autónomas, especialmente el de Canarias, los principales partidos políticos españoles y organismos como el sindicato SEPLA, de pilotos aéreos, lamentaron este miércoles el accidente de avión que dejó decenas de muertos al estrellarse en el aeropuerto de Madrid-Barajas.
La ciudad de Las Palmas de Gran Canaria declaró tres días de luto oficial tras el siniestro, mientras desde numerosos puntos de España llegaban las muestras de dolor y de apoyo a la Comunidad de Madrid, según los medios españoles.
La Generalitat catalana ofreció a Madrid sus servicios asistenciales para los afectados, mientras que desde la Junta de Castilla y León se ponían a disposición de Madrid sus medios materiales y humanos.
Entre otras, mostraron su apoyo las autonomías andaluza, aragonesa y castellano-manchega.
El otro lugar afectado aparte de Madrid, Las Palmas de Gran Canaria, donde se dirigía este vuelo, también dio muestras de condolencia y apoyo. El presidente del Cabildo de Gran Canaria, José Miguel Pérez, dijo que los canarios tienen "el corazón encogido" por la noticia.
El presidente del Gobierno canario, Paulino Rivero, suspendió sus vacaciones y acudió al aeropuerto de Las Palmas, donde iban llegando los familiares de víctimas del accidente.
El presidente del Gobierno español y secretario general del PSOE, José Luis Rodríguez Zapatero, suspendía sus vacaciones para ir al aeropuerto de Barajas, mientras que otros líderes políticos, como el presidente del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, acudía a ver a los familiares al recinto ferial de IFEMA, donde poco después llegaba la vicepresidenta primera del Gobierno, María Teresa Fernández de la Vega.
Al aeropuerto de Barajas se trasladaron el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz Gallardón, y ministros como el de Trabajo, Celestino Corbacho; Fomento, Magdalena Álvarez; Justicia, Mariano Fernández Bermejo, e Interior, Alfredo Pérez Rubalcaba.
El PSOE expresó sus condolencias a "familiares y amigos de las personas fallecidas en este dramático suceso", trasladando "todo su apoyo a las personas heridas, con el deseo de que se puedan recuperar cuanto antes".
El presidente del PP expresaba "su profunda condolencia" a las familias de las víctimas y deseaba "la pronta recuperación de los heridos" en un comunicado remitido por su partido.
Rajoy transmitía también su "aliento y reconocimiento" a los servicios de emergencia y los cuerpos y fuerzas de seguridad del Estado por su labor.
La compañía aérea Spanair "lamentaba confirmar" el accidente del avión, en el que viajaban 164 pasajeros y nueve miembros de la tripulación, anunciando que los nombres de los implicados en el accidente no se darían hasta que estuvieran informados los familiares.
Spanair ponía a disposición de las familias el teléfono 800 400 200 para dar información sobre los pasajeros que pudieran viajar en el avión siniestrado. Un equipo de la compañía viajaba a Madrid desde Palma de Mallorca para dar apoyo y asistencia en el lugar del incidente.
El Sindicato Español de Pilotos de Líneas Aéreas (SEPLA) manifestó "el pesar de todo el colectivo español de pilotos" a los afectados por el accidente en un comunicado enviado tras el siniestro.
Mostrando consternación por las "trágicas noticias" y la posibilidad de un número "indeterminado" de heridos y muertos, el SEPLA pedía "máxima prudencia" al analizar las causas del accidente.
El SEPLA afirmaba además que la tripulación del aparato estaba "perfectamente cualificada" tenía "gran experiencia" en el manejo del modelo siniestrado, un MD-82.
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