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El presidente del Gobierno participa una año más en la fiesta sindical de Rodiezmo

Y ZP bajó del cielo

Y ZP bajó del cielo


domingo 07 de septiembre de 2008, 14:23h
El presidente del Gobierno llegaba este domingo a la tradicional fiesta político-sindical de la minería asturleonesa de Rodiezmo con un mal sabor de boca. El diario El País dedicaba un artículo a avisar de que se estaba estudiando retrasar las políticas sociales más caras planteadas por el Gobierno con motivo de la crisis económica. En concreto la subida de pensiones mínimas, una de las promesas electorales más fuertes de Zapatero, era puesta en duda y esto no podía quedar así. Rodríguez Zapatero subió a dar su discurso y sus primeras palabras fueron para anunciar que las mismas subirían por encima de la inflación hasta llegar al 6% de incremento. Una manera de dejar claro al electorado que una promesa es una promesa y algo más.
El presidente del Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero ha inaugurado, a efectos internos de su propio partido, el curso en la tradicional romería político-sindical de la minería asturleonesa (ya va por su XXIX edición), celebrada en las campas de Rodiezmo. Ante un público de incondicionales (la organización habló de 75.000 asistentes), el secretario general del PSOE hizo una intervención de circunstancias, las propias de jugar en terreno propio y ante un público de convencidos. Recordó, entre aplausos, que era la quinta vez que asistía como presidente del Gobierno e hizo hincapié en los compromisos que, cada año, había asumido ante los asistentes al acto de Rodiezmo: subidas de pensiones y otras prestaciones sociales. “Este es un país fuerte aunque atravesemos una mala situación económica”. Y el gobierno está por la labor de utilizar los recursos públicos, vino a enfatizar, para apoyar a los ciudadanos.

    Zapatero
en ningún momento llegó a pronunciar el vocablo crisis, cosa que, por cierto, con toda naturalidad hicieron todos los oradores que le precedieron. Habló de frenazo económico y de tiempos no favorables. Y, en su media hora, el presidente del Gobierno tuvo tiempo de presentar los objetivos políticos para el curso que empieza: mantener políticas progresistas en derechos y libertades. Extender la educación infantil de cero a tres años (creación de 300.000 nuevas plazas). Vamos a reformar la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo. Vamos a aplicar la Ley de Igualdad. Vamos a seguir desarrollando la Ley de Dependencia (dato textual de ZP: hace cinco años no había un solo euro para ello. Este año en el presupuesto del 2009 habrá 1.000 millones de euros. Hay 30.000 personas en España que reciben la prestación económica) Y contraataque al PP y sus peticiones de poner en marcha las ayudas a personas dependientes:  “la derecha en ocho años –dijo-- no puso ni un solo euro. Que lo cumplan ellos en las comunidades autónomas que no lo han desarrollado”. Sobre la situación económica fue taxativo: “Que no me pidan dinero para salvar empresas por aquellos que han obtenido grandes beneficios en el pasado”. Como claro lo fue también con la energía nuclear: “No va a ser mi Gobierno quien apueste por la energía nuclear. Debemos dejar a las futuras generaciones una política energética basada en nuevos parámetros. No ir a lo fácil”.

    Cosa que aprovechó para hablar de la energía y colocarla por prioridades: mantener el carbón, y promover las energías renovables.

Luego, Rodríguez Zapatero se dedicó a repetir parte de su conocida canción:  sabremos recuperar el crecimiento económico y la creación de empleo, que confíen en ellos los ciudadanos. Pidió confianza para mantener políticas sociales y también confianza para mantener y aumentar las pensiones mínimas, cantando la fortaleza del sistema de pensiones.

    E, incluso, al presidente del Gobierno le quedó tiempo para hacer anuncios sobre política exterior. “Estaremos enfrente de quienes sólo vean en la fuerza y en la guerra la solución a los problemas del mundo” y anunciando que al final de legislatura se dará el 070,7% del PIB para ayuda a países en desarrollo. Y no se sustrajo, al igual que los que le antecedieron en el uso de la palabra, del tema del momento. “Pido a la derecha, aunque sólo sea por compasión, --dijo-- que respete a las personas que quieren saber dónde están los restos de sus familiares. Que nadie impida que la gente conozca el pasado de su padre o de su abuelo”.

    En cuanto al PSOE, Rodríguez Zapatero vino a decir que es un partido socialista fuerte y unido. Un partido que sabe respetar y querer su historia y la de España y que sabe mirar al futuro. “Un partido cada vez más socialista y español”. Fueron sus últimas y aplaudidas palabras, antes del protocolario canto de “La Internacional” y la desbandada general hacia la comida.

Genio y figura


El otro plato fuerte de la jornada fue Alfonso Guerra, presente en el acto en razón de su cargo de presidente de la Fundación Pablo Iglesias, que intervino en quinto lugar,  recibido con entusiastas aplausos. El ex vicepresidente del Gobierno, genio y figura, destapó el tarro de las esencias socialistas y no defraudó: “Un saludo y un abrazo fraternal, muy cariñoso y, de paso, vengo a deciros algunas cosas. Pocas... ¿Por qué vengo yo aquí? Porque me tenéis cariño. El cariño que yo os tengo”. Ha dicho hoy un gaznápiro que vengo de monaguillo... Menudos ejercicios espirituales le metía yo al pájaro ese. Seguro que es de la gaviota.    No se cortó, coqueto él, a la hora de lanzarse flores sobre su propio tejado. “Me han preguntado –dijo— que cómo es que me conservo tan bien, sin arrugas. ¿Qué crema uso?”, respondiéndose “La coherencia. Los principios. Defender las cosas en las que uno cree”. Por ahí todo seguido, Alfonso Guerra le dio un repaso a la actualidad: burbuja inmobiliaria, la crisis (“los poderosos apelan a la patria y luego la venden –dijo—mientras que la clase trabajadora es la que arregla la crisis”); los nacionalismos que siempre acaban pactando, si se tercia, con la derecha; la expectación mediática que levantan los de la ex Herri Batasuna (los calificó de “verracos”); el falso liberalismos de la presidenta de la Comunidad de Madrid: “esa señora, joder, parece estalinista en lugar de liberal”.

Tras hacer alusiones a las víctimas de la represión y a la necesaria reparación moral a sus familiares, Alfonso Guerra, finalizó su intervención, entre grandes aplausos, emplazando a todos los presentes para la próxima romería político-sindical, la del año 2009:  “Hoy es un día de reivindicación de los trabajadores, pero también es una fiesta fraternal. Disfrutar de vernos en la fiesta y hasta el año que viene”.

Teloneros obligados

Antes de Guerra intervino el presidente de la Junta del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces  lanzó loas al Gobierno socialista: “para tiempos de crisis, para tiempos de recesión necesitamos gobiernos eficaces, como el de Rodríguez Zapatero” y recordó los logros del gobierno autónomo que él preside, que le han permitido estar entre las comunidades autónomas que menos desempleo crean, amén del plan de infraestructuras asturianas en ejecución.  “Llevo 25 años sirviendo al proyecto socialista desde distintos ámbitos” , recordó Álvarez Areces, en alusión a su continuidad política y a los nueve años consecutivos de los socialistas en el Gobierno de Asturias.

 En su turno de intervención, el secretario general de UGT, Cándido Méndez, fue contundente frente a la crisis y recordó, alzando la voz, que el acto de Rodiezmo, básicamente, tenía carácter sindical. Hizo suya la reivindicación de las víctimas del franquismo. Muy en su papel de líder sindical, lanzó un aviso que sonaba a guiño los ugetistas: “el diálogo social no es una foto de familia más o menos bien avenida. Es algo más que eso. Un acuerdo entre iguales”.

Manuel López García, secretario general de FIA-UGT de Castilla y León, abrió el turno de oradores. A él le siguieron el secretario general de los socialistas castellano asturianos, Javier Fernández;  el secretario general de la Federación de Industrias Afines de UGT, Antonio Deusa; el presidente de la Junta del Principado de Asturias, Vicente Álvarez Areces; y el secretario general de SOMA-FIA-UGT, José Ángel Fernández Villa, que sirvió de telonero del presidente del Gobierno.

    Rodríguez Zapatero llegó acompañado por Leire Pajín, secretaria de Organización del PSOE. A la una menos tres minutos de la tarde, en la parte de atrás del escenario, descendió de un automóvil. Minutos antes, su helicóptero había aterrizado en el campo de fútbol de Villamanin, capital del municipio, distante un par de kilómetros de la campa de Rodiezmo. Como el resto de los invitados presentes en el escenario, ZP aguantó a pie firme más de una hora antes de encararse con los micrófonos y cerrar el acto político-sindical como la organización se encargó de recordarnos cada dos por tres.
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