Un asunto privado

Sí, la muerte de Erika Ortiz Rocasolano, hermana menor de la Princesa de Asturias, sean cuales fueran las circunstancias en las que se produjo es eso, un asunto privado. Digan lo que digan en los programas televisivos de casquería rosa. E, incluso, cuando desde la asepsia periodística, al modo anglosajón, se aduzca que es un hecho informativamente relevante el intentar saber las causas del fallecimiento de una mujer joven de 31 años de edad.

Estas últimas horas, el columnista ha escuchado diferentes opiniones sobre Erika, una ciudadana como hay millones en España, de clase media-media, con una licenciatura universitaria y un trabajo más o menos estable. Alguien la definió como una persona que aspiraba a ser “la hermana perfecta de una princesa perfecta”.  Lo que no la exime de su condición de persona privada y sin especial relevancia institucional, más allá del matrimonio de su hermana mayor con el heredero de la Corona.

Su muerte, naturalmente, es un doloroso mazazo para sus familiares y amigos. Y, ahí, dentro del respeto que pide la familia, deben quedar las cosas. En el ámbito de lo privado. En el ámbito en el que todos nos movemos. En el ámbito en el que disfrutamos de las alegrías, cuando las hay. Y en el ámbito en el que nos sorbemos las lágrimas.

Quizá por ello, en un acto de oficiosidad, en este caso oportuna, Fernando González Urbaneja, presidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España (FAPE), se ha apresurado a solicitar a los responsables de los medios de comunicación “respeto y prudencia” en el tratamiento de la noticia. Con o sin la larga mano de La Zarzuela moviéndose entre bastidores, no cabe otro tratamiento que el de informar del hecho. Aunque al columnista, tras esta diligencia del presidente de la FAPE, le baile por la mente una pregunta que entra de lleno en el campo de la suspicacia: ¿de no ser la fallecida cuñada del Príncipe de Asturias alguien cree que González Urbaneja hubiese salido a la palestra con tanta celeridad?

A Erika Ortiz la lloran su familia y sus allegados. Que descanse en paz. Y que su memoria obtenga idéntica paz. Se trata de un asunto privado. Estrictamente.