El Museo del Prado quita a Goya su Coloso

"El cuadro llegó al Prado en 1931, siendo aceptado y admirado como la máxima expresión del Goya moderno. Era, sin embargo, un período, en que los estudios actualizados sobre el artista estaban en sus inicios y el conocimiento de los seguidores e imitadores del maestro -tema considerado ya entonces- era aún precario. A partir de ese momento, y durante todo el siglo XX, El Coloso se fue convirtiendo en una de las obras más citadas en la bibliografía de Goya y de las más populares, llegando a ser ilustración obligada, en España, de la guerra de la Independencia", justifica el museo.

    Sin embargo, los análisis de los pigmentos demuestran una pobreza técnica distante de las obras documentadas de Goya. Posteriormente aparecieron las misteriosas iniciales "A.J." en la parte baja del cuadro y surgieron las hipótesis que achacaban la obra a su discípulo Asensio Juliá.

El Museo del Prado ha elaborado un estudio dedicado a la documentación y bibliografía de los años en que llegó el cuadro así como sus procedencias más antiguas y ha llegado a la conclusión de que el cuadro es de un seguidor de Goya aunque no certifican la autoría del valenciano Juliá.