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La sostenibilidad de la civilización occidental

miércoles 25 de noviembre de 2020, 08:19h

¿Está la civilización occidental condenada a desaparecer como la Roma antigua? Esta pregunta la formulaba Rachel Nuwer de BBC Future el 11 mayo 2017. No contaba Rachel, con la aparición de la pandemia Covid 19 en 2020, ni en la aparición de Joe Biden y más específicamente, en la desaparición de Trump, que no creía en el multilateralismo, ni en el objetivo del compromiso ZERO emisiones, y que además se enfrentó en la geopolítica internacional a China y a Rusia.

¿Eran las guerras de 2017 decía Rachel y los desequilibrios el comienzo del fin del dominio de Occidente? El economista Benjamin Friedman, una vez comparó la sociedad occidental moderna con una bicicleta, cuyas ruedas se mantienen en movimiento gracias al crecimiento económico. Si ese movimiento reduce su velocidad o para, los pilares que definen nuestra sociedad -entre ellos la democracia, las libertades individuales y la tolerancia social, se tambalean como está ocurriendo ya en España. Nuestro mundo se convertirá, en un lugar cada vez más hostil, luchando por recursos limitados, y rechazando a cualquiera fuera de nuestro grupo. De no poder echar a andar esas ruedas nuevamente, eventualmente, vendrá el colapso. Eso ha ocurrido antes en la historia humana y ninguna civilización es inmune. ¿Estamos en la víspera de un nuevo colapso? ¿Qué factores generaran el fin de la sociedad occidental como la conocemos?

Hay, dos escenarios: Es imposible tener certeza sobre el futuro, pero las matemáticas, la ciencia y la historia pueden darnos pistas. Safa Motesharrei, un científico de sistemas de la Universidad de Maryland (EE.UU.), utiliza modelos informáticos para obtener una comprensión más profunda de los mecanismos que pueden conducir a la continuidad o al colapso de nuestro entorno. Si tomamos decisiones racionales para reducir la desigualdad, el crecimiento poblacional, agotamiento de los recursos naturales y la contaminación podremos evitar el colapso. Según los resultados que Motesharrei y sus colegas, publicados en 2014, hay dos factores fundamentales: la tensión ecológica y la estratificación económica. Mucho se ha hablado del impacto en el medio ambiente, como ruta hacia una potencial desaparición de la humanidad, en particular por el agotamiento de los recursos naturales. En cuanto a la estratificación económica, lo que sucede es que las élites, empujan a la sociedad hacia la inestabilidad y el eventual colapso, debido a la acumulación de enormes cantidades de riqueza y recursos. Eso deja a los pobres, que son mayoría y sirven de mano de obra, con poco o ningún recurso. Eventualmente, la población trabajadora entra en crisis, porque la porción de riqueza que reciben es insuficiente, por mucho que se aumente el SIM, o se den subvenciones como en España.

Por tanto, desaparecen las clases medias, que con la llegada de la pandemia del Covid 19 y la actitud de los gobiernos de los Estados, de confinamiento económico, moviendo cuantiosos recursos económicos, realmente virtuales, para sustituir a los actores de la economía, es decir el PIB de muchos de los grandes países occidentales, especialmente España, ha creado un precipicio, procediendo al cierre de miles de empresas y de sus emprendedores, que ningún subsidio por grande que sea, les hará volver a la producción y a la creatividad destruidas por el confinamiento. Lo peor que puede ocurrir es el deterioro de la calidad democrática, substituida por movimientos populistas transversales, como la dictadura que sufrimos en España, gracias al gobierno social comunista, que aprovecha la circunstancia de la injusta ley electoral, para imponer como mínimo a media España, su planteamiento sectario ideológico. Aquellos polvos le dije a Adolfo Suarez en 1977 traerán estos lodos y voté en contra de la Constitución de 1978, que, llevada al principio, con un consenso útil, ha terminado siendo injusta, favoreciendo la corrupción, el gasto desproporcionado, la invasión de la privado por el Estado y dejado en manos de pequeños partidos regionalistas e independentistas, el gobierno del país al que mejor paga.

Las desigualdades que observamos hoy en día, dentro de nuestras sociedades, y entre países provocaran o el aborregamiento de sus habitantes o quizás revoluciones difíciles de controlar. Cerca de la mitad de la población mundial vive con menos de US$3 al día.

"Si tomamos decisiones racionales, para reducir factores tales como la desigualdad, el crecimiento explosivo de la población, la tasa de agotamiento de los recursos naturales y la tasa de contaminación -todo perfectamente factible- podemos evitar el colapso, y nos estabilizaremos en una trayectoria sostenible", escribió Motesharrei.

"El mundo no se detendrá ahora para resolver el problema del clima durante este siglo, simplemente porque es más costoso, en el corto plazo, que seguir actuando como de costumbre", decía Jorgen Randers, profesor emérito de estrategia climática en la Escuela de Negocios BI de Noruega, aunque no contaba con la pandemia, y la progresiva concienciación de las poblaciones, sometidas al aborregamiento de la confinación, que han visto como sus ciudades se han visto libres de polución con la desaparición de las actividades económicas, sin pensar en el descenso de sus PIB y la instalación de la pobreza.

Una brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, dentro de las ya vulnerables naciones occidentales, empujará a la sociedad hacia una mayor inestabilidad que nace desde dentro" Francis Fukuyama decía: “Trump representaba una amenaza, no tanto a la democracia sino al liberalismo”, lo que parece que va a ser restaurado por Joe Biden volviendo al concierto del multilateralismo, lo que será una buena solución para el concierto de las naciones.

Personalmente, he iniciado dentro de la International Yachting Fellowship of Rotarians una campaña denominada Plastic Free Waters, pues las basuras están inundando los mares, y lo que es peor, los micro plásticos son comidos por los peces pasando luego en la cadena trófica a la especie humana. El aumento del calentamiento global, puede, a poco que sobrepasemos un grado anual, producir el derretimiento de los polos, con la inundación consiguiente, de vastas zonas hoy superpobladas, aumentando la necesidad del agua potable, y el cambio drástico del clima a nivel de toda la tierra, con fenómenos meteorológicos, traducidos en grandes sequias o inundaciones. Yo creo que la pandemia ha producido, una autentico cambio del punto de vista de los humanos sobre la sostenibilidad de nuestro planeta azul. La Filosofía de Residuo Zero de Bea Johnson, seria el camino ideal.

Bernardo Rabassa

Presidente de clubs y fundaciones liberales. Miembro asociado de Alianza Liberal Europea (ALDE). Premio 1812 (2008). Premio Ciudadano Europeo 2013. Medalla al Mérito Cultural 2015. Psicólogo social. Embajador de Tabarnia. Presidente del partido político constitucionalista Despierta.

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