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Mujeres de la historia que enriquecieron nuestro patrimonio

viernes 28 de enero de 2022, 19:47h
Por Constanza Carmona. Historiadora y Secretaria General de ADIPROPE ASOCIACIÓN para la DIFUSIÓN y PROMOCIÓN del PATRIMONIO MUNDIAL de ESPAÑA

Partiendo de mi opinión contraria a dedicar un día al año a la mujer, pues creo que todos los días deberían estar dedicados a ella, la proximidad del 8 de marzo, tan politizado y desvirtuado por desgracia, me parece una ocasión para rendir homenaje a algunas mujeres grandes de la historia de España que apostaron por la auténtica belleza. Contaron con el apoyo incondicional de hombres que compartieron con ellas proyectos de vida e inquietudes y que las admiraron. Reivindicar su papel por enriquecer nuestro patrimonio cultural y artístico es de justicia. Son tantas que no sé por dónde empezar. He elegido sólo algunas.

Empecemos por DOÑA SANCHA LEÓN, hija de Alfonso V, será la gran benefactora por excelencia de LA COLEGIATA DE SAN ISIDORO DE LEÓN, junto con su esposo, el rey Fernando I. Uno de los conjuntos arquitectónicos románicos más destacados de España, por su historia, arquitectura, escultura, y por los valiosos objetos suntuarios que ha conservado. La hija de ambos, DOÑA URRACA DE ZAMORA, mujer fuerte y valiente, dedicó sus esfuerzos a continuar la obra de sus padres que se plasmaron en la decoración pictórica del Panteón Real, considerada “la Capilla Sixtina del Románico”. Asimismo, hizo magníficas donaciones como el “Cáliz de Doña Uraca” de oro y ágata, extraordinaria obra de orfebrería y posible Santo Grial según afirman algunos historiadores. En las postrimerías del siglo XII, en una perfecta comunión de inquietudes, Alfonso VIII de Castilla, atendiendo los deseos de su esposa LEONOR PLANTAGENET, hija de Enrique II de Inglaterra y hermana de Ricardo Corazón de León y Juan sin Tierra-, fundan en Burgos el monasterio de las Huelgas Reales joya cirterciense enriquecida por sus sucesores al convertirse en Panteón Real. ISABEL LA CATOLICA, mujer verdaderamente admirable en todos los sentidos. Como madre, esposa y reina. Sólo su fe recia la confortó del enorme sufrimiento en lo personal los últimos años de su vida. ¡Femenina donde las haya! Adornada de numerosas virtudes cristianas, además de inteligencia y belleza, poseía una gran formación cultural, capaz de conciliar razón y fe. Patrocinó la mayor gesta cultural habida nunca: descubrimiento y evangelización de América.

Dictada por un concepto cristiano de la vida, nos ha dejado un inmenso legado cultural, artístico, político, económico y social. Conformó la unidad y la historia de España de su época, convirtiéndola en el estado más avanzado de Europa. Puso los pilares de su grandeza en los mejores siglos de su historia posterior. Supo rodearse de grandes humanistas, hombres de ciencias y letras, y fue mecenas de numerosos artistas e intelectuales. Acogió en la corte a buen número de damas a las que protegió y favoreció. Por ejemplo, Beatriz Galindo fue la elegida para enseñar latín- lengua culta de la época- a sus 5 hijos. Comprometida en su educación, preparó con igual esmero a sus hijos e hijas a fin capacitarles para cumplir- con la máxima preparación y responsabilidad- la misión destinada a su alto rango. Fue para ellos y para sus sucesores punto de referencia en el posterior camino de la vida. El pueblo la admiró y amó. Se implicó personalmente en numerosas iniciativas artísticas y culturales: enriqueció la Cartuja de Miraflores con el retablo y extraordinarios sepulcros en alabastro de sus padres y su hermano, que encargó a Gil de Siloe. En Toledo, bajo su patrocinio se levantó el Monasterio franciscano de San Juan de los Reyes del arquitecto Juan Guas, la más valiosa muestra del gótico isabelino en España. En Ávila, el de Santo Tomás. En Santiago de Compostela el Hospital de los Reyes Católicos y otro más en Granada, hoy imponente sede del Rectorado de la Universidad. Numerosas instituciones religiosas y culturales recibieron donaciones de esta extraordinaria mujer adelantada a su tiempo, que luchó contra la esclavitud 300 años antes de que lo hiciera Lincoln. La EMPERATRIZ ISABEL, mujer de gran sensibilidad e intuición, además de belleza. Unida en matrimonio a Carlos I, quien sintió verdadera veneración por ella. Compartieron ideales al servicio del bien de sus súbditos. En ella confiaba el emperador el gobierno de España durante sus largas ausencias por Europa. Con una sólida educación humanística, ambos amaron la música con pasión. Testimonio de ello es el patrocinio y mecenazgo de los más afanados compositores y la excelente Real Capilla, una de las mejores de Europa. A la emperatriz debemos la proyección de músicos como el gran Antonio Cabezón, organista y maestro supremo del teclado, importantísimo para el futuro de la música europea. Fascinados ambos por la belleza de la Alhambra de Granada, donde pasaron su luna de miel, y no queriendo tocarla, encargan construir al arquitecto Pedro Machuca en 1531 un palacio junto a ella, más acorde con las nuevas necesidades, para pasar temporadas. ¡Obra única, Renacimiento italiano puro!

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