Comenzamos semana y empieza el verano. 21 de Junio, un día lleno de luz, el día más largo del año, el primer día del verano. Y no sé si han caído en la cuenta, pero tal día como hoy hace un año salíamos de casi cien días de un inédito estado de alarma ¡Un año ya!
Hace un año nos dijeron aquello de “hemos vencido al virus” y un año después aún seguimos en la batalla. Hace un año hablábamos del principio del fin creyendo que íbamos a recuperar las libertades perdidas. Hace un año nos animaban a viajar y a planear las vacaciones cuando ni siquiera nos habían devuelto la agenda. Hace un año creíamos despertar de un mal sueño, sin saber que la pesadilla continuaría. Hace un año que seguimos echando de menos lo que antes echábamos de más. Hace un año creíamos que nos íbamos a poder besar, abrazar, tocar... y aún hoy no sabemos dónde han ido los besos que no hemos dado y seguimos hambrientos de piel. Hace un año aún podíamos lucir nuestras sonrisas porque las mascarillas no eran obligatorias y hoy no nos fiamos de quitárnoslas.
Hace un año soñamos con un mundo lleno de primeras veces y aún hoy las añoramos. Hace un año creímos que llegaba el final del “teletodo”, sin saber que había llegado para quedarse. Hace un año creíamos que nos tocaba empezar a vivir después de haber sobrevivido a una pandemia sin ser conscientes de que seguiríamos siendo supervivientes a diario. Hace un año estábamos felices por haber dejado atrás el resistiré sin saber que hoy somos más juncos que nunca sorteando esos vientos de la vida que siguen soplando fuerte. Hace un año estábamos convencidos de que la curva sería siempre descendente sin imaginar la de olas que nos quedaban por surfear. Hace un año pensamos que ya podríamos acompañar y honrar a los nuestros sin saber que aún quedaban muchos por irse sin una despedida.
Hace un año creíamos que saldríamos más fuertes y mejores y un año después ni tan siquiera hemos salido. Hace un año que pensamos que la nueva normalidad traería nuestra normalidad, sin caer en la cuenta que no volveríamos a ser los mismos. Hace un año estábamos hartos sin calcular que un año más tarde estaríamos hartos de estar hartos. Hace un año que creímos que la incertidumbre dejaría paso a la certeza, dejando patente nuestra ingenuidad.
Hace un año que sonábamos con vacunas y hoy casi el 50% de la población tenemos una dosis puesta. Hace un año que lo importante dejó atrás a lo urgente. Hace un año que empezamos a valorar más y a quejarnos menos. Hace un año que aprendimos a vivir con un virus que vino a constatar nuestra fragilidad. Hace un año que supimos que vivir con miedo no era vivir. Hace un año que escribí en este diario mi última columna de las casi cien del estado de alarma, sin saber que con ella cumpliría uno de los sueños de mi vida en forma de libro:“Cuando esto pase...”
Si (
No(
