Vota, duerme, ama

“¡Qué jartura!”, esto lo decía Moreno Bonilla hablando de la campaña electoral, pero perfectamente lo podía haber dicho yo. Afortunadamente, ya se acaba esta campaña en la que no hemos escuchado muchas propuestas pero sí muchas acusaciones. Todos los candidatos se han erigido en adalides de la verdad, mientras rebuscaban entre eufemismos la manera de decir que ellos no mienten.

No les voy a torturar haciendo un resumen de lo que han sido estos interminables días, porque bien los han sufrido y no seré yo quien ahonde en el dolor, pero esta campaña pasará a la historia, entre otras cosas, por ser la primera vez que los entrevistadores tienen más protagonismo que los entrevistados. El periodismo siempre se han entendido como el contrapeso necesario de los poderes del Estado, hasta llegar al momento actual en el que profesionales de diferentes medios han sido cuestionados por otros compañeros por las preguntas que hacían en sus entrevistas ¡inaudito! Sin olvidar que si nos descuidamos la dulce y sonriente señora Díaz nos cuela una propuesta para expulsar de la profesión a los malos periodistas.

Hablando de Yolanda, no me parece ningún mérito dormir dos horas, como ella mismo afirma que hace con cierta satisfacción, es más, no me da ninguna tranquilidad que la vicepresidenta de mi país no duerma, con lo malísimo que es eso para la salud y los nervios. Otra cosa que me ha llamado poderosamente la atención es la manera de relajarse de algunos candidatos: Yolanda planchando y Pedro fregando. Ahora entiendo el interés en esa aplicación del ministerio de Igualdad para repartir las tareas, seguro que son ellos los que siempre ganan en casa y se libran de bajar la basura ¡en fin!

Menos mal que también ha servido para que vuelva Zapatero. Siendo presidente nos descubrió que “la tierra no pertenecía a nadie, salvo al viento” y, en estos días, nos ha regalado su teoría del infinito que es infinito y una nueva revelación: “Somos el único sitio del universo, del todo, si es que podemos concebir el todo, donde se puede leer un libro y se puede amar". No me digan que no es maravilloso. Lo dijo frente a un público entregado, puede que algo algo sorprendido pero sin dejar de aplaudir ante un descubrimiento de tal magnitud. Creían que iban a un mitin cuando la poesía, la metafísica y la astronomía se unieron en boca del ex presidente.

No me queda mucho más que añadir ni me voy a despedir con la frasecita de “disfruten de la fiesta de la democracia”, porque estoy casi segura que tenían alguna otra idea de fiesta en su cabeza para un domingo 23 de julio. Ganarán unos u otros, incluso todos y el lunes será otro día.

Les deseo un feliz fin de semana, que duerman mucho y bien, que sueñen bonito y hasta con el infinito; que lean y que, por encima de todo, amen.