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¡Otra dictadura, no!

miércoles 08 de julio de 2020, 08:29h

Es notorio que todas las dictaduras procuran mantener al pueblo que sojuzgan en la inopia, porque ojos que no ven…, cerebro sin ideas, que la palabra ´idea´ proviene del verbo griego “idein”, que significa ver el aspecto que tienen las cosas.

Si no vemos, el hemisferio derecho está inerte por carecer de imágenes. Si no oímos, es el izquierdo el que no puede construir conceptos abstractos. Oler es un campo inocuo a efectos de dictadura. En cambio, degustar, no; hay que dar de comer para que no se soliviante la masa, aunque sea en forma de renta mínima vital, menús gratuitos, pensión no contributiva, moratorias mil y ayudas varias y polimorfas, aunque agosten la economía, porque no hay cosa mejor que gobernar a un atajo de pobres, cuyas necesidades básicas estén supeditadas a las veleidades del autócrata. Por otra parte, si tampoco nos movemos, no generamos cenestesias y el dictador, o candidato a dictador, queda a sus anchas para hacer y deshacer, por si el pueblo sometido no fuera más que un hato de amebas, cuyos seudópodos sólo le sirven para capturar alimentos.

Sin embargo, las ideas tienen la clave de cualquier situación: entramos, o salimos, de los proyectos y de los procesos, gracias a que pensamos, a las nociones que tenemos sobre la realidad entorno, que es nuestro estado de consciencia individual, que compartido y en diálogo con otros genera opinión pública. Ésta puede ser un verdadero escudo social frente a la dictadura, porque toda idea tiene fuerza, revela cuál es nuestra energía y su punto de aplicación. Por eso, las dictaduras evitan que sus súbditos piensen.

Cuando Franco, el boicot al pensamiento descansaba en el fútbol y en los toros, imágenes para consumo del hemisferio derecho y bloqueo del izquierdo. Hoy los toros se han hecho de derechas y no gozan de la venia. Sin embargo, contamos con mucho más fútbol, masculino y femenino, casi a diario; baloncesto, carreras de coches y de motos. Además, tenemos debates de altura como Sálvame, que presenta dos niveles, el más eximio de luxe; estudios profundos de selección de personal como Firts Dates, que también lo titulan en inglés para darse tono intelectual; y grandes reportajes sociológico-culturales como la Isla de las tentaciones. Para entontecernos, tenemos dónde elegir.

Si el dictador, o candidato a serlo, no tiene más remedio que aceptar que la gente piensa pese a las maniobras de distracción, entonces, ha de aplicar el principio de “igualdad”: hacer que todos piensen igual, que tengan la misma idea “social y progresista”, sin discrepancias. De la aplicación de este principio, derivan la intervención de la escuela, donde se adoctrina, y de la prensa, donde no se informa de cuanto no interesa al dictador, o se tergiversan los hechos, para no lastimar la imagen del sagrado líder, o se hace propaganda de sus excelencias y la ingente labor que desarrolla, a fin de que resplandezca impoluta su ideología, bonhomía e interpretación objetiva de la realidad, ya que los dictadores siempre son objetivos y ecuánimes.

En estas andamos, entre la Sra. Celáa, y las Señorías Iglesias y Echenique, un trío incandescente, apasionados por la igualdad, la justicia social y el odio a los disidentes.

Celáa dice: es mejor prevenir que curar. Así pues, escuela única, pública, de adoctrinamiento para la ciudadanía y poco o ningún esfuerzo, que el saber es peligroso. En la práctica y de tapadillo, se deben dar aprobados generales; pero, si algún docente suspende, la culpa es suya y deberá atenerse a las consecuencias. Para esto están los inspectores.

Su Señoría Iglesias, ceñudo y descamisado frente al pueblo, ha logrado que el Sr. Grande le privatice la vía pública donde tiene su mansión con casa para invitados…; y, como el Sr. Vicetodo ha concluido que no le gusta el jarabe democrático, Grande ha puesto a su servicio varios retenes de guardias civiles, muchísimos más que cuando Rafael Vera estaba amenazado de muerte por ETA. ¡Qué tiempos y qué costumbres!

El Sr. Echenique corre que vuela a colocar afiliados de Podemos. A la chita callando, durante el estado de excepción de la pandemia, los asesores del Gobierno de España (léase con énfasis pedrosanchezco) han aumentado en mil, más de uno al día. Eso equivale a 5.800.000€ de gasto mensual, o casi 80 millones anuales, que hay que añadir al insoportable gasto público existente, desde la otra normalidad.

Como país, debemos mucho, más que lo que somos capaces de ganar. Es decir, que vivimos del cuento, muy por encima de nuestras posibilidades y aún seguimos empeñados en seguir derrochando en boato, con más coches oficiales que los que hay en todo Estados Unidos; en personal adicto ideológicamente, dispuesto a ocultar las excursiones en Falcon; en artistas, preferentemente con ceja arqueada; en fruslerías de prostitución de lujo para correligionarios apasionados por el feminismo; en dietas a diputados y senadores, mientras están confinados en sus casas; en obra pública que sólo sirve para la coima. ¡Ah!, y en entierros (60.000€, en el segundo entierro de Franco, para llevar su momia de suelo público a suelo público, y todavía falta la tercera inhumación); los otros 40.000 muertos, un dolor de cada uno, que ni pudo despedirse del difunto. Los muertos siempre los pone el pueblo.

Tenemos tres veces más políticos que Alemania, que cuenta con el doble de población; tal vez por eso, la Sra. Merkel puede bajar impuestos ahora, para estimular la economía. Lo mismo han hecho Italia, el rojo Portugal, Austria y Francia. De todos modos, como aún nos sobra, lo que resta de lo que debemos lo echamos en el Borbón emérito, rumboso y de regia generosidad, con pulseras de diamantes y millones a espuertas. Faltaba la guinda.

En pocas palabras, nos parecemos, y mucho, a la Venezuela corrupta de Carlos Andrés Pérez, antesala del golpe de Estado de Chávez Frías, cuya hija nada en una abundancia semejante a la de Rockefeller, mientras la dictadura persiste, como si fuera cualquier monarquía hereditaria.

La idea que es efectiva se puede verificar, comprobando su veracidad: si la sociedad está dirigida por una casta de corruptos y lo consciente, es copartícipe y debe ser convulsionada, como lo fue la Francia de Luis XVI.

A partir de ahí, como repite machaconamente el Sr. Illa, habrá que construir un programa, que conduzca a la liberación, algo que se parezca a un Sálvame de luxe y garantice el éxito apoteósico, contando con un Termidor, si es preciso para la causa.

Toda idea es prospectiva. Y, en nuestro caso, la prospectiva es horrenda: cuando las barbas de tu vecino veas cortar, cuídate, si el vecino es Venezuela. Las neuronas de allá, ahora son actores acá.

Pero son posibles otras ideas, también prospectivas y de más fuste. Ahí reza el ejemplo de la Alcaldía de Madrid, con más de 300 proyectos suscritos por unanimidad. Sin duda un éxito rotundo de Martínez Almeida. ¿Cuándo se ha imaginado a Vox firmando un acuerdo con Podemos y Más Madrid?, ¿es un sueño?, o ¿ha nacido un líder con ideas?

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