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El problema no es solo un machista como Erdogan, sino un patán como Michel

viernes 09 de abril de 2021, 18:42h

La imagen es patética. La presidenta de la Comisión Europea en un sillón y Erdogan y el presidente del Consejo Europeo Charles Michel en sendas butacas que parecían tronos.Y los dos sonriendo y Doña Úrsula tensa y triste. Impresentable.

Conozco a Erdogan, dictador de Turquía, machista, maleducado, centralista, antikurdo. Mala persona. Vino a un almuerzo oficial en el Senado y nos pusieron a los portavoces de CIU y PNV a su derecha e izquierda.Cuando se enteró quienes éramos no nos dirigió la palabra en toda la comida, no llegó al postre y se fue antes de tiempo y sin despedirse.Un indeseable.

Lo malo es que algunos personajes con poder ante tipos como estos se arrugan y Charles Michel se arrugó a cuenta de que se podía estropear todo lo que se había negociado. No es verdad. A Turquía le interesa más la UE y sus euros que aguantar conductas machistas como las del presidente turco Erdogan.

Lo que tenía que haber hecho este patán que es el presidente del Consejo, Charles Michel, es haber dejado su trono a Ursula Von der Leyen y haberse ido al sillón él. Le faltaron reflejos a pesar de que ahora nos diga que tiene una abuela a la que quiere mucho. Repito,un patán.

Ahora, y ante la crítica pública a su falta de reflejos dijo este jueves lamentar "profundamente" el trato recibido por la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Vor der Leyen, en Ankara, donde fue relegada a un sofá lateral durante una reunión con el jefe del Estado turco, Recep Tayyip Erdogan. "Lamento profundamente" esa imagen "desastrosa" en Ankara y la impresión generada de "desprecio" hacia Von der Leyen y "a las mujeres en general", afirmó Michel durante una entrevista en la emisión "50 minutos con" del canal LN24. Este tipo solo ha reaccionado cuando ha visto que la crítica subía de decibelios. Por lo menos el primer ministro italiano ha descrito a Erdogan como lo que es, un dictador.

Bautizado como "sofagate", el asunto no solo ha provocado una ola de indignación entre los principales grupos de la Eurocámara, que han pedido hoy que ambos mandatarios comparezcan ante el plenario para aclarar lo sucedido, sino también una gran cantidad de críticas en la prensa, lo que ha obligado a Michel a dar explicaciones anoche en una publicación en su página de Facebook y este jueves en la citada emisión en directo. Visiblemente afectado por la polémica, Michel aseguró que no intervino en aquel criticado momento porque podría haberse interpretado como un gesto "paternalista" por su parte y porque tuvo la "intuición" de que podría haber provocado "un incidente aún más grave" y arruinar los esfuerzos diplomáticos llevados a cabo durante meses para encauzar las relaciones con Turquía.

Mantuvo que había rebobinado la controvertida escena cientos de veces en su cabeza y que si pudiera volver atrás habría cambiado la disposición de las sillas y añadido una más para que Von der Leyen se hubiese sentado con él y Erdogan al mismo nivel. El ex primer ministro belga aseguró que las autoridades turcas aplicaron el protocolo de forma estricta y que no informaron de todos los detalles a su equipo, que según dijo no tuvo acceso previamente a la sala en la que se desarrolló la reunión. En este sentido, el jefe de protocolo del Consejo, Dominique Marro, explicó esta tarde en una nota que, según el Tratado de Lisboa, el presidente del Consejo recibe el estatus de jefe de Estado, mientras que el de la CE, el de primer ministro. Marro aseguró que su equipo no tuvo acceso previo a la sala donde se celebró la reunión y que, de haber sido así, habría "sugerido" que, "como cortesía, reemplazaran el sofá por dos butacas".

"Soy consciente -remarcó Michel- de que esas imágenes que duran unos segundos son brutales, chocantes, pero no reflejan la importancia real de las tres horas de reunión" de él y Von der Leyen con el presidente turco. Según Michel, tras el gesto de sorpresa de la presidenta del Ejecutivo comunitario al ver que no había silla para ella y que ha dado la vuelta al mundo, Von der Leyen y él tuvieron un "intercambio de miradas en unos segundos" y "de mutuo acuerdo" decidieron continuar la reunión cada uno en el sitio que le había sido asignado por las autoridades turcas. Era, subrayó, "un momento importante para la Unión Europea", para tratar de reconducir las relaciones con Turquía que han estado dominadas en el pasado reciente por la "imprevisibilidad" con efectos "muy directos" en la UE, por ejemplo, en materia migratoria. Manifestó sentirse "terriblemente afectado y triste" por la imagen que se ha proyectado de él, que aseguró no se corresponde con la realidad ni en su vida privada ni en la política, en la que "siempre" ha mostrado "respeto por las mujeres", subrayó al recordar que es padre de dos niñas y que su abuela, hacia la que siente una "gran estima", tuvo una gran influencia en su educación. Desveló que tras el incidente en Ankara Von der Leyen y él hablaron "brevemente", ya que la presidenta de la Comisión prosiguió viaje en solitario a Jordania, y que esperaba poder conversar con ella a partir de esta noche cuando regrese a Bruselas.

Toda esa palabrería barata para terminar sin admitir que le faltó sensibilidad, reflejos, carácter y mano izquierda para poner a un machista como Erdogan en su sitio. Ojalá esa imagen le persiga hasta que haga en realidad su mea culpa.

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