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En la vuelta al colegio, tampoco existe el “riesgo CERO”

domingo 06 de septiembre de 2020, 11:24h

¿Ante la situación actual y con los datos clínicos, se puede comenzar el curso escolar a todas las edades con total seguridad?

Debemos aceptar el principio de que nunca existe “el riesgo cero”, porque siempre cabe la posibilidad de que se produzca algún contagio, incluso algún brote que no se pueda controlar adecuadamente y que se desarrolle una nueva transmisión comunitaria dentro del propio centro escolar. Pero también debemos recordar que hoy conocemos mucho más al Coronavirus y la forma de controlarlo, con la prevención del contagio y las decisiones políticas que desde luego deberían ser “centralizadas y coordinadas”.

Es cierto que los datos que nos ofrecen desde el Ministerio de Sanidad y las diferentes Comunidades Autónomas nos deben preocupar y ocupar a todos; sin minimizar en absoluto los datos, desde luego la situación actual no tiene nada que ver con la vivida en los meses de Marzo, Abril y Mayo. Hoy es lógico que cada día tengamos “más casos positivos”, porque se realizan cada vez más pruebas diagnósticas y a veces de forma masiva y no demasiado controladas, mientras que al principio de la Pandemia no se hacían, sencillamente porque no disponíamos de los recursos necesarios.

Los datos se deberían publicar con total transparencia para que todos podamos analizarlos convenientemente; cada día hay más casos positivos, pero ¿Cuál es su porcentaje en relación con el total de pruebas realizadas? ¿Cuántos son asintomáticos? ¿Cuántas personas pasan la enfermedad de forma leve y en cuarentena en casa? ¿Cuántas necesitan de un ingreso en el hospital, y de ellas, cuantas en la UCI? ¿Cuál es la estancia media de ingreso en el hospital? ¿Cuántas altas clínicas se dan cada día?. Solo de este modo podemos hacer comparaciones más fidedignas.

Como digo, no se trata de minimizar para nada esta “segunda fase de la primera ola de COVID-19”, sino de ajustarnos a la realidad desde la más pura evidencia clínica y científica, que nos demuestra que la situación actual en nada es comparable, al menos de momento, con la vivida al principio de esa Pandemia.

¿Cuál es la situación real en cuanto a la posibilidad de contagio de nuestros niños?

La gran mayoría de los estudios realizados, algunos españoles como el recientemente publicado del Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, acreditan que la COVID-19, no es tan frecuente entre nuestros niños como se pensaba al principio de la pandemia, que la gran mayoría de los pocos contagios que existen son asintomáticos y que los que desarrollan la enfermedad lo hacen de forma leve y sin necesitar de un ingreso hospitalario, a no ser que padezcan algunas enfermedades de riesgo.

También nos dicen los estudios que la carga viral de los niños portadores del Coronavirus es menos potente en cuanto a la posibilidad de transmisión a los adultos, algo que también hemos de considerar como punto positivo y contrastado por la comunidad científica, que demuestra que el “índice potencial de contagio de un caso” conocido como R0, o “índice reproductivo básico”, en los adultos es de 1.7 a 2, mientras que en los niños no supera el 0.3, incluso del 0.1 en los estudios realizados en los Países Bajos.

¿De que forma se puede asegurar que no habrá contagios dentro del ámbito escolar?

Sinceramente no se puede asegurar que no haya posibles contagios dentro del ámbito escolar, porque en los centros educativos se dan cita diaria todos nuestros niños, todos los profesores, todos los trabajadores del centro y muchos padres y abuelos que acompañan a los niños hasta el aula, algo que hoy no es recomendable.

Pero cuando exista un contagio en un niño que asiste a la escuela, ¿podremos asegurar que se ha producido en las aulas, en el comedor o en otras instalaciones del centro?, ¿incluso en los niños que recibirán su educación dentro de los denominados “grupos burbuja”? Nunca se podrá determinar su origen a no ser que se realicen los estudios genéticos oportunos, algo que desde luego no se contempla en los protocoles en ninguna parte del mundo. Los niños estarán en el colegio 5 días a la semana y durante el horario escolar, pero ¿donde están, con quién y como están cuando acaban las clases o durante el fin de semana? La causa del contagio también puede estar, y con toda seguridad estará, dentro del núcleo familiar, de sus amigos, de las actividades extraescolares, en fin, de su vida diaria fuera de la escuela.

Nos deberíamos preguntar todos ¿Dónde, con quien y como han estado todos nuestros niños durante los meses de verano tras el confinamiento? ¿No han jugado con otros amigos en el parque, no han asistido a cumpleaños, comuniones, etc., no han jugado en la piscina o la playa? ¿Y cuantos casos se han dado de COVID-19 en nuestros niños durante este verano? ¿cuantos ingresos se han dado? Estas son las preguntas que, con nuestras propias respuestas, nos deben hacer pensar que a pesar de que el “riesgo cero” no existe, nuestros niños deben acudir al colegio porque no pueden perder otro curso escolar. En la escuela no solo se transmiten conocimientos, sino también valores y la importancia de la relación social, aunque ahora sea a distancia y con la barrera de la mascarilla.

¿Quién debe ser el “Coordinador COVID” en los colegios y qué papel deben desempeñar?

Es una de las medidas que serán más eficaces para conseguir no solo un diagnóstico precoz, sino también para poder instaurar lo más rápidamente posible el tratamiento y la prevención de la cadena de transmisión del Coronavirus.

En algunas comunidades apoyan que el Coordinador COVID, sea un profesor del centro, a lo que se niegan y con razón, tanto los docentes como sus sindicatos, fundamentalmente porque defienden que todos los temas sanitarios deben apoyarse en los profesionales de salud que son los que están mejor formados para estas labores.

Yo vengo defendiendo la figura del “profesional de enfermería escolar” desde hace muchos años, pero nunca he entendido que cada centro escolar deba tener en plantilla un profesional sanitario con esta especialización. Lo más lógico es reconocer la importante labor que se hace desde los diferentes centros de salud, desde la Atención Primaria que es el verdadero “escudo del sistema sanitario” y utilizar los recursos de que dispone, concretamente de nuestros profesionales de enfermería que son especialistas en “salud comunitaria”. Pero no aumentando la carga laboral de la plantilla actual, sino contratando nuevos profesionales para cometer esta labor concreta sin mermar más la capacidad crítica de nuestros centros de salud.

En mi opinión la coordinación en este caso debería ser doble y totalmente coordinada por necesaria: por una parte el “Coordinador Escolar COVID-19”, un docente con un nuevo contrato, que se encargaría de supervisar que todas las medida de prevención se lleven a cabo y que fueran los responsables de la tarea administrativa de los posibles casos”; y por otra, el “Coordinador Sanitario COVID-19”, un nuevo contrato a un profesional de enfermería, que debería ser el encargado de llevar la responsabilidad sanitaria de prevención y control de los posibles casos en los colegios que dependan de un área de salud determinada. Los dos, coordinados diariamente y a su vez siempre coordinados con los “rastreadores” de salud publica llegado el caso.

¿Cuáles deben ser las mejores medidas de seguridad para evitar los contagios de nuestros niños en los colegios?

Las medidas más importantes y que ahora todos conocemos, aunque todavía son muchos los que desafortunadamente no las cumplen, siguen siendo las “tres reglas de oro de la prevención”, conocidas también como “las 3 M”: “M” de higiene exhaustiva de las manos con el lavado a base de agua y jabón o con el gel hidroalcohólico; “M” de metros de distancia, cumpliendo el mínimo de 1.5 metros; y la “M” de mascarillas, que debemos llevar bien puesta en todo momento.

Pero, además es fundamental que los grupos de alumnos no superen el número de 20, aunque todavía no existe siquiera un consenso entre las distintas Comunidades Autónomas, una adecuada ventilación de las aulas de forma periódica, instalar un “purificador de aire” que ya están demostrando su eficacia en la prevención y realizar las pruebas diagnósticas oportunas y de forma periódica a todos los niños y a todos los maestros y el resto de los trabajadores del colegio.

Y por supuesto que en el caso de que un niño tenga fiebre y tos, los padres deberían comunicarlo de forma inmediata al Centro de Salud para que se hagan las pruebas oportunas, sin olvidar que los mocos y la fiebre, junto a la tos, estarán presentes durante todo el otoño e invierno, pero por otros muchos virus respiratorios como ocurre todos los años.

¿Deberán llevar obligatoriamente la mascarilla todos los niños y durante todo el tiempo que estén en clase?

Este sin duda constituye un ejemplo más de que es mucho más fácil legislar desde un despacho, que ayudar a cumplir con eficacia todas las medias que cada día nos proponen nuestros gobernantes y autoridades sanitarias. La propia Ministra de Educación afirmaba hace solo unos días que no le había dado tiempo todavía para asistir personalmente a ningún colegio, pero que lo iba hacer ahora. La misma ministra que también hace unos días reflexionó sobre la dificultad de conseguir que los niños lleven puesta la mascarilla durante seis horas o más, y ahora acepta la posibilidad lógica, de que los profesores puedan hacer algún descanso para que puedan estar sin mascarilla, pero guardando la distancia de seguridad entre los niños, algo que también será especialmente difícil.

¿Somos capaces nosotros de llevar la mascarilla durante esas 6 horas? Que la mascarilla es fundamental para evitar el contagio por este Coronavirus, no lo discute nadie, pero más bien parece que la distancia física de seguridad ha quedado algo relegada, cuando es la principal medida de prevención de acuerdo con toda la evidencia científica publicada hasta el momento, tema que entre todos y también con las campañas divulgativas debemos intentar que interioricen todos nuestros niños, en el colegio y fuera del colegio.

A pesar de estas reflexiones, hay comunidades que “rizando el rizo”, pretender exigir, aunque de momento solo lo recomiendan, que los niños lleven la mascarilla desde los 3 años.

¿Y la conciliación familiar donde queda? ¿Tienen derecho el padre o la madre a una baja laboral si su hijo da positivo en la prueba de la PCR, o si no es positivo pero el médico decide un aislamiento en casa por seguridad?

Entiendo que muchos padres se hagan esta pregunta, para la que los políticos todavía no han encontrado una respuesta. Mientras que la Ministra de Hacienda apoya esta posibilidad, el Vicepresidente Segundo, dice que tiene que buscar otras soluciones, demostrando con ello que ni siquiera en el seno del gobierno llegan al consenso.

Y además, utilizando argumentos bastantes peregrinos, nos recuerdan a todos que ya pusieron en marcha en marzo el planMECUIDA del Ministerio de Trabajo, que fue y es muy bienvenido pero que nos facilita la conciliación familiar acortando nuestra jornada laboral pero también nuestro salario, cambiando nuestro turno de trabajo o facilitando las tareas del teletrabajo.

Pero les aseguro que no son los políticos los que tienen que tomar la decisión de conceder o no una “baja laboral”, porque esta atribución solo y exclusivamente les corresponde a los facultativos médicos, con el doble objetivo de proteger la salud del niño y la de todos sus contactos directos, respetando las bases de los protocolos de seguridad.

Si un niño da positivo en la PCR, o bien sin dar positivo se considera que debe guardar un aislamiento, ¿No deben aislarse también sus contactos más directos? ¿No es este el trabajo que desempeñan nuestros “rastreadores” para evitar que un posible brote se convierta en transmisión comunitaria? ¿No son los padres, los hermanos y los abuelos que conviven con los niños los contactos más directos? Siguiendo el protocolo que todos conocemos, los contactos también deben quedar en aislamiento o cuarentena, como mejor proceda y decida el médico, y por lo tanto no podrán asistir al trabajo y no solo para poder cuidar al niño, que no debe estar solo, sino para evitar el contagio entre sus compañeros en el trabajo.

Definitivamente no, la baja laboral de cualquier trabajador no es atribución de ningún político, sino solo de los facultativos médicos. Aunque a decir verdad hecho de menos que todos los colectivos profesionales, Colegios Oficiales de Médicos y Sindicatos, defiendan este principio que es totalmente indiscutible.


Jesús Sánchez Martos

Catedrático de Educación para la Salud

Universidad Complutense de Madrid

@jsanchezmartos

Jesús Sánchez Martos

Catedrático de Educación para la Salud; Universidad Complutense de Madrid.

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