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Frente al cáncer, cada vez más esperanza

miércoles 01 de julio de 2020, 11:58h

“Los médicos no curamos siempre,
podemos aliviar con frecuencia,
pero debemos consolar siempre”
Bérard y Gubler

Los grandes y continuos avances de la oncología nos ofrecen a todos, no solo una mayor esperanza de vida gracias a la prevención y al diagnóstico y tratamiento precoces, sino una verdadera esperanza para todas las personas que en algún momento de su vida han recibido, sin invitación alguna, la visita de este inesperado e indeseable intruso en su familia.

El conocimiento de los factores de riesgo como el consumo de tabaco o de alcohol y el excesivo tiempo que dedicamos a broncearnos bajo el sol, entre otros, nos ayudan a planificar verdaderos programas de prevención; los grandes avances de las técnicas de imagen nos facilitan hacer el diagnóstico precoz de muchos cánceres con tiempo suficiente para ganarle la batalla, como sucede con la supervivencia en el cáncer de mama, de útero, de próstata y de colon; la cirugía oncológica, la moderna y personalizada radioterapia y los continuos avances de la investigación en medicamentos oncológicos, hoy nos permiten aumentar la esperanza de vida ante el diagnóstico del cáncer, como sucede ahora con los ensayos clínicos en torno a la nueva inmunoterapia, consiguiendo en muchas ocasiones incluso, vencer directamente a las células anárquicas de las metástasis.

Pero además de todos los avances de la investigación oncológica, los mejores resultados se consiguen también y de una forma muy especial con la forma de afrontar la nueva vida tras el diagnóstico de un cáncer. El miedo es libre y debemos respetar a quien vive esta situación con miedo, pero lo importante es aprender a vencerle, para poder disfrutar con plenitud de la vida.

Todos conocemos las 5 fases fundamentales por las que se pasa ante un diagnóstico de este tipo y que conocemos como las “fases del duelo”: negación, ira y enfado, negociación, depresión y aceptación.

La “negación”, porque ninguno queremos aceptar esta noticia con todo lo que implica para nosotros y nuestra familia, que se sigue por la fase de “la ira y el enfado”, para dar paso a la “negociación”, en la que la persona trata de entender que existe una nueva realidad en su vida y que tiene que afrontarlo con la ayuda de la ciencia médica y con la de todos los que están a su lado, aunque con mucha frecuencia aparece la fase “de la depresión”.

Y finalmente, la más importante, la fase de “aceptación”, en la que de una forma clara, la persona decide que para ganarle la batalla al cáncer es importante compartir su sufrimiento; aparece un verdadero “remanso de paz interior” que solo pueden explicar las personas que han vivido esta situación, teniendo presente que “hoy es el primer día del resto de nuestra vida”.

Es cierto que “las alegrías son más cuando se comparten, pero también que las penas, son menos si se comparten con aquellos que te quieren”.

Desde siempre la palabra “cáncer” ha constituido el gran estigma social en los medios de comunicación, incluso en algunas familias, llegando incluso a ocultar el diagnóstico entre amigos y familiares.

Las personas famosas o más conocidas y populares que comparten su diagnóstico y sobre todo su lucha contra el cáncer, ayudan y de una forma indiscutible a quienes no lo padecemos, pero sobre todo a las personas que están pasando la enfermedad en fases diferentes.

Rocio Jurado, Sandra Ibarra, Sara Carbonero, Dani Rovira y ahora Mila Ximénez, entre otros muchos, nos han dado a todos una gran lección de fortaleza, ánimo y esperanza, compartiendo su diagnóstico y su forma personal de lucha con todos nosotros.

Hoy quiero hacerle un homenaje especial a nuestro excelente Cronista de la Villa, Constantino Mediavilla, gran persona y mejor amigo por la forma en que afronta, día a día desde el verano de 2015, su personal lucha contra un cáncer que nunca ocultó y que con su fortaleza diaria y sus experiencias, nos demuestra que en la lucha contra el cáncer no hay lugar para la desesperanza, gracias a su “estimulina interior” que es la que le permite querer vivir y disfrutar de la vida, de su familia, de su trabajo, de sus amigos…

¿Tirar la toalla? ¡Nunca se debe tirar la toalla! Fundamentalmente porque los continuos avances de la medicina nos ofrecen cada día nuevos medicamentos que nos permiten conseguir una verdadera tregua en la batalla contra el cáncer. Pero debemos admitir que a veces la desesperanza, lógica por otra parte, hace que la toalla se caiga, pero no es menos cierto que siempre habrá una persona al lado que nos ayude a recogerla para seguir luchando y si cabe, con mucha más fuerza, mostrando un claro ejemplo de resiliencia.

Hoy que tantas veces hablamos, y con argumentos sólidos, de la “medicina basada en la evidencia científica”, deberíamos incorporar en la formación de todos los profesionales sanitarios el concepto de “medicina basada en la experiencia clínica y las vivencias y en la afectividad del paciente y la familia”, centrada en la combinación del “tratamiento y el trato”. El “tratamiento” forma parte de los protocolos personalizados diseñados por los expertos clínicos, y el “trato”, que va implícito en el ADN de todos los profesionales sanitarios, en el gen de nuestra verdadera vocación, que es lo que tenemos la obligación de transmitir a todos nuestros alumnos en el aula. Nos decía Albert Jovell que “el médico bueno te informa y te comunica, te oye, pero también te escucha, te atiende y te acompaña”.

Muchas gracias Constantino por tus continuas enseñanzas de fortaleza y resiliencia y mucho ánimo. ¡Seguro que consigues ganarle la batalla al cáncer! Además de los constantes avances de la medicina, sabes que cuentas con tu gran familia y tus amigos.

“Cuando los ojos empiezan a ver lo que nunca vieron,
el corazón comienza a sentir lo que nunca sintió”
Baltasar Gracián

Jesús Sánchez Martos

Catedrático de Educación para la Salud; Universidad Complutense de Madrid.

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