Almeida, contra el tejido social de Madrid

Hace unos días conocimos la decisión de la Junta Municipal de Hortaleza y de su concejal presidente, David Pérez, de reducir la relación de los festejos populares de 34 a

6 eventos, excluyendo así y tratando de enfrentar (sin ningún éxito) a asociaciones y colectivos de la zona.

Se trata de festejos vecinales con décadas de tradición y arraigo en el distrito, que nacieron gracias al impulso vecinal, convirtiéndose desde entonces en un punto de encuentro para vecinos y vecinas de los barrios de Hortaleza, permitiéndoles conocer, compartir y participar de las actividades organizadas por el tejido asociativo y barrial del distrito.

Esta decisión en Hortaleza viene a sumarse a una cadena de despropósitos del actual equipo de gobierno de David Pérez que, desde el comienzo del mandato, han pretendido no solo socavar el trabajo y la dedicación de los colectivos y asociaciones locales, sino que también representan un retroceso en los avances democráticos alcanzados en la ciudad: la cancelación de la feria de asociaciones, la modificación unilateral de las fechas y duración de las fiestas de primavera, la eliminación del presupuesto destinado a las actuaciones vecinales, la reducción de casi el 50% de la cuantía de las subvenciones destinadas a entidades ciudadanas, la censura de los lemas que exhiben las asociaciones que participan en la cabalgata participativa, etc.

La decisión de David Pérez no es casual, responde a un plan de desmantelamiento y anulación del tejido social de la ciudad iniciado hace cuatro años con el respaldo de la extrema derecha como socio de gobierno.

De nada sirvió la solidaridad y la capacidad demostrada de las asociaciones y colectivos que, durante la pandemia y Filomena, asumieron un papel relevante para llegar ahí donde el gobierno local y regional no llegaban.

En la actualidad, sin la ayuda (o excusa) de Vox, el Partido Popular continúa avanzando por ese preocupante camino en el que percibe como un obstáculo que la sociedad civil se organice y participe en los asuntos públicos de Madrid, ignorando el hecho de que una participación ciudadana activa es fundamental en un sistema democrático como el que tenemos.

Esta actitud se refleja en la demora de la convocatoria de subvenciones de fomento del asociacionismo, en multar el uso de un megáfono en una concentración vecinal, en represalias como el retraso en la adjudicación del Huerto de las Vías a la asociación Pasillo Verde-Imperial debido a sus protestas contra la tala indiscriminada de árboles en Arganzuela y Comillas o los ya mencionados en Hortaleza.

La estrategia política pone de manifiesto la falta de compromiso democrático por parte del Partido Popular, así como un profundo desconocimiento por parte de Almeida y su equipo respecto al movimiento asociativo y vecinal, así como de su capacidad de resiliciencia.

El PP gobierna esta ciudad porque así lo decidió la ciudadanía democráticamente en las urnas, pero este alcalde no debe olvidar que es la misma ciudadanía que conforma los movimientos vecinales y los colectivos que desarrollan un trabajo desinteresado, un compromiso con los barrios y un esfuerzo constante por la defensa de los derechos de los vecinos y vecinas.

Desde el partido socialista de la ciudad de Madrid consideramos a las asociaciones aliadas fundamentales en la mejora de la calidad de vida de las madrileñas y los madrileños.

Es vital potenciar y no debilitar el capital social de Madrid, conectando la acción política con lo cercano mediante la escucha y la colaboración con entidades y colectivos. Es imprescindible contar con asociaciones fuertes, por lo que exigimos a Almeida que rectifique su política de estrangulamiento al entramado asociativo de la ciudad.