Acríticos hasta la médula, parece que ya nos hemos acostumbrado a que el bulo acabe siendo un arma política que “los nuestros” defienden contra capa y espada, independientemente de la naturaleza de la falsa noticia lanzada a la opinión pública. La táctica es vieja pero, además de “los nuestros”, hay también un porcentaje de indocumentados -fundamentalmente esos que tienen a la tele por única vía de información-, que también acaban cayendo. Este ha sido el caso que ha contraprogramado Moncloa y su supergabinete del bulo, la mentira y el falsifica que algo queda para eludir la responsabilidad del gobierno y el partido que lo sustenta ante las maquinaciones mafiosas de Leire Díez para intentar enturbiar las actuaciones de la UCO y la Guardia Civil en su papel de policía judicial en los diversos frentes que acorralan al gobierno Sánchez (Begoña Gómez, David Sánchez, José Luis Ábalos,Álvaro García Ortiz, entre otros).
La cosa ha llegado al punto de que nadie en el gobierno ha salido para defender la honorabilidad y la profesionalidad de los agentes de la UCO. Ni el presidente, ni el ministro del Interior, ni el de Justicia y Relaciones con las cortes, ni siquiera la directora de la guardia civil, (¡que ya son bemoles!). Parece que en esos círculos importa más mantenerse en el poder , aunque sea a costa de dinamitar instituciones centenarias como es el caso de la Guardia Civil.
Y no basta con eso porque desde alguna cloaca monclovita se lanzó a renglón seguido una noticia falsa que implicaba a un excapitán de la UCO, ahora vinculado a la Comunidad de Madrid (es decir, a Ayuso, el diablo que viste de Prada para el PSOE). En pocas palabras se trataba de una supuesta amenaza de un antiguo capitán de la UCO que, en teoría, en una conversación privada con un confidente, desvelada el pasado viernes, en la que el exoficial hablaba supuestamente de poner una "bomba lapa" a Pedro Sánchez. Pero ya el sábado a primera hora se tuvo conocimiento de que esa información había sido cortada y que a lo que se refería, en realidad, el mando bromeaba consigo mismo afirmando que el Gobierno podría ponerle a él una bomba lapa por sus investigaciones.
Teoría del dogma
Un dogma es un dogma y los ministros sanchistas los abrazan con verdadero embeleco cuando los saben marcados por el entorno del supremo líder, porque aquí no hay más verdades que las suyas. Nada ha salido de la boca de quienes ellos consideran su norte, su bien, su modelo, pero ellos bien saben lo que habría dicho de haber abierto su piquito de oro, aunque no lo hace desde que el caso de Lady Leire Díez ha saltado a los medios. ¿Qué mártir!, ¡qué santo varón! Los periódicos y los periodistas de la fachosfera se están ensañando con él, y no lo merece! Si él o su entorno lo sugieren , tampoco aquí hay caso, y no se hable más.
Después de la navajita que tanto asustó a Reyes Maroto , o de las cinco balas que acabaron en la antesala de Grande-Marlaska hace ya unos añitos, echábamos de menos un síncope que dejara pequeños a esos episodios chuscos del contraespionaje nacional que parecían surgidos más de la TIA del humorista Ibáñez, el creador de Mortadelo y Filemón, agentes de información, que de la realidad misma. Ahora el episodio del excapitán de la Guardia Civil ha dejado aún más pequeños esos hechos. Y lo peor es que , después de surgido de una noticia no contrastada suficientemente por El Plural (aquel medio que lanzó la bomba de que el juez Peinado tenía un doble DNI, sin caer en la posibilidad de que podía haber otro ciudadano con el mismo nombre…), y rápidamente difundida también por RTVE y La Sexta, aunque luego pedirían disculpas tras haber demostrado Theobjetive.com, que en esa conversación entre el exoficial de la guardia civil y un confidente no se había hablado para nada de poner bomba lapa alguna en los bajos del coche oficial del presidente.
Pues nada, siguen siendo algunos ministros del gobierno (Montero, Alegría, López…) quienes siguen alimentando el bulo de la bomba lapa contra el presidente y se niegan a rectificar porque el verbo recular no figura en sus diccionarios particulares). Todo vale con tal de que la opinión pública desvíe, aunque sólo sea por un par de días, su mirada contra el entorno de corrupción que rodea a la Moncloa y a Ferraz que se ha destapado con el caso Leire Díez. Y eso que, aunque por el momento se ha zanjado con una baja voluntaria de la “fontanera” del PSOE pidiendo la baja del partido, mucho nos tememos que este no es más que el comienzo de una ola de nuevos audios y vídeos que irán saliendo a la luz pública y que seguirán poniendo al gobierno en una posición cada vez más incómoda.
¿Y
Feijóo? ¿Se quedará en la convocatoria de esa macromanifestación del día 8 de junio en Madrid? ¿Se atreverá a dar el paso de presentar una moción de censura aunque las cifras no le den la seguridad del triunfo? Esos son ya misteriosos arcanos que lo mismo nos atrevemos a pronosticar un día de estos.