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Energía limpia, negocios sucios

jueves 26 de enero de 2017, 07:36h

Siempre pensé que hay algo obsceno en la explotación privada de la energía porque la materia prima que produce la electricidad, siendo de todos, beneficia solamente a unos pocos cuyos nombres están todos en el IBEX 35.

Los ríos, el sol, el viento, las mareas, el carbón, el gas, el petróleo son recursos naturales y no tienen dueño, no son de nadie. Entonces las empresas del sector dicen No cobramos la materia prima, solo la generación y entrega. Puede ser, pero es extraño que tengamos, junto con Irlanda, la energía más cara de Europa y que seamos los únicos que tienen una legislación contra el autoconsumo y el uso de energías limpias. Grandes decisiones tomadas bajo el mando del presidente Rajoy por el ex ministro de las empresas en Panamá, José Manuel Soria.

Pronto todo será eléctrico y pronto los combustibles fósiles se agotarán. Pronto encontraremos cómo explotar el hidrógeno, ese depósito de la energía más limpia posible, y los parámetros comerciales no podrán ser los que tenemos ahora. El hidrógeno es el elemento más abundante del universo, pesa menos que el aire y se puede almacenar con facilidad. O sea, inagotable, más seguro que ningún otro combustible, completamente ecológico y almacenable y en apenas unos años extraíble y procesable a muy bajo coste.

Habrá mil soluciones, desde casas y edificios “a pilas” de hidrógeno que con cinco litros de agua a la semana cubrirán todas sus necesidades energéticas. Los coches de hidrógeno servirán de batería o de generadores energéticos para las viviendas y, por fin, coño, que ya era hora, se aprovechará la energía generada con su uso: utilizamos el coche el 10% de nuestro tiempo y desperdiciamos la energía que genera en ese tiempo y que cubriría el 70% de nuestras necesidades energéticas. Con el motor de hidrógeno esa energía se recuperaría y almacenaría de manera automática y luego, al aparcar, el vehículo actuaría como una pila. Un ejemplo, el 31 de julio de 2012 se produjo un apagón en la India que tuvo a 670 millones de personas sin energía durante cuatro días. Solamente con dos millones de coches de hidrógeno que se hubieran conectado a la red habría bastado para suministrar energía a toda la población afectada.

Hemos perdido el referente primigenio de la vida en sociedad, del privilegio de ser ciudadano: se trata(ba) de que entre todos cada vez fuéramos a mejor individual y colectivamente; vamos, un poco lo que hacen en Noruega. Que el sol y el viento sean nuestros petróleo y gas requiere que aquellos a los que elegimos para que gestionen la riqueza común sean capaces de hacerlo en beneficio de todos, sin embargo...

Nuestro oro solar, gestionado como haría cualquier madre o padre de familia cabal, da para que 75 millones de turistas nos dejen más y mejores divisas si supiéramos darles diversión, sol y respeto a precios justos. Nuestro sol y viento darían para que pudiéramos vivir en un paraíso con una de las energías más limpias, eficientes y baratas del planeta, pero de alguna manera que no alcanzo a explicar más que por la incultura e ineducación a que nos tienen sometidos los que podrían evitarlo, elegimos una y otra y otra vez desde hace 200 años a los mismos aprovechados, listillos y abrazafarolas que trabajan para unos pocos, élites, pero nunca para la gente.

Que cuando más frío hace sea cuando más cara está la energía doméstica, es un engaño inaceptable. Sí, ya sé que hay una fórmula matemática con la que se calculan los precios y que hay una componente internacional que no controlan nuestros gobernantes. Pero también sé que del recibo de la luz, ese misterio insondable hasta para Sandro Rey, solo el 38% corresponde a gastos de producción y transporte de energía; todo lo demás, 62%, son peajes, costes, multas, atrasos, impuestos, derramas y excusas de mal pagador que gobierno tras gobierno han ido cargando sobre nuestras espaldas hasta convertirlo en la maraña de conceptos y compromisos en que se ha convertido la factura de marras. Cuando llegue el momento H los españoles seguiremos ganando puestos en el ranking de países corruptos y los que mandan habrán sido sustituidos por sus hijos que seguirán mareándonos con cualquier fruslería. Pues a otro perro con ese hueso.

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