Bienvenido Mister Marshall... a los suburbios de Francia
miércoles 05 de diciembre de 2007, 14:22h
Se han apagado ya las cenizas de los últimos incendios en el suburbio parisino de Villiers-le- Bel y es tiempo de reflexión. Un presunto accidente de carretera, la colisión de un coche de la policia nacional con una motocicleta acarreando la muerte de dos adolescentes, uno de origen marroquí, el otro de origen senegalés, y la controvertida versión policial de los hechos, fué la chispa que encendió el polvorín, con disturbios, incendios de autos y edificios públicos, que venian a recordar los acaecidos en 2005 en el suburbio de Clichy- sous-Bois, y que se generalizaron a toda Francia. Un impresionante despliegue policial, con apoyo de helicopteros noche y dia, puso termino a 48 horas de guerrilla urbana en Villiers-le Bel, fotos que la prensa internacional difundió a lo largo y a lo ancho de sus páginas y televisiones. ¿Arde o no arde Paris? Me preguntaban amigos y familiares desde España. Bueno ni tanto ni tan calvo. Una foto nunca fué una información por muy sugestiva que sea.
La verdad es que la situación social acumulada desde hace treinta años en esos suburbios aislados y lejanos del denominado París intra-muros es grave y explosiva por varias razones: Creación de ghetos sociales y étnicos, ayuntamientos que reciben a los inmigrantes, mientras otros prefieren pagar multas al Estado para impedir que se instalen esas poblaciones, ausencia de transportes públicos que rompan el aislamiento entre París y sus suburbios, índices de desempleo muy por encima de la media nacional, viviendas que necesitan renovación, escuelas públicas dejadas de la mano de Dios, en donde los maestros deberian exigir primas de riesgo, ausencia de una presencia policial disuasiva, que es remplazada solo en caso de crisis por una presencia policial represiva, ruptura total entre la juventud de esos barrios con poblacion mayoritariamente surgida de la emigración que se siente discriminada y la policia nacional como única representación del Estado.
Después del 2005, como antes en los años noventa y antes en la década de los ochenta, muchas son las promesas que el Estado ha hecho para resolver el problema de la renovación urbana y de los suburbios dejados de la mano de la República. Numerosos los planes Marshall prometidos y pocos los resultados concretos de tanta promesa incumplida. Diecinueve ministros encargados de la política urbana se han sucedido en los últimos 17 años. Desde Bernard Tapie a Eric Raoult que ya hablaba de un Plan Marshall en 1995, hasta Jean Luis Borloo -cuyo plan dará sus primeros y limitados frutos en el 2012- o la recién llegada Fadela Amara, tránsfuga socialista y ex dirigente de la Asociación “Ni putas ni sometidas” que desde su entrada en el gobierno del Presidente Sarkozy, ha dejado a sus militantes insumisas pero sobretodo confusas.
El próximo 22 de enero del 2008, la Secretaria de Estado anunciará un enésimo Plan Marshall para los suburbios y promete “ trabajar en direcciones olvidadas hasta la fecha”. Tanto Plan Marshall me hace pensar inevitablemente en Luis Garcia Berlanga y su célebre película. Pues cuando Sarkozy anuncia que las cajas del Estado están vacias y como única respuesta a los incidentes de Villiers-le Bel propone la represión de la “voyoucratie”-en español la “golfocracia”-, cada cual se pregunta aquí si la bien intencionada Fadela Amara encontrará los medios (financieros) de sus insumisas ambiciones. Si no... la chica, que afirma seguir siendo socialista, ha declarado que dimitirá. En todo caso los ciudadanos de Villiers-le-Bel en 2008, como los de Clichy sous Bois en 2005, corren el riesgo de parecerse mucho a los extras que en la película de Berlanga agitaban sus banderitas viendo pasar a los americanos... Bienvenido pues Mister Marshall... a los suburbios de Francia.