Desde el compromiso adquirido por el Presidente en su Discurso de Investidura, el Gobierno, haciéndose eco del clamor de la inmensa mayoría de las españolas y los españoles, se puso a trabajar a favor de la vida, ese bien supremo que, con su devenir, nos da la posibilidad de desarrollar los valores que, como la libertad, la igualdad y la justicia, dan forma a nuestra vida en común, a nuestra dignidad como personas. Por eso, la primera Ley aprobada fue la que, de forma integral, trata de luchar contra la lacra social de la violencia de género.
Hoy, 25 de noviembre, 8 años después de su declaración, por Naciones Unidas, como Día Internacional para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer; 23 años después de que el recién creado Instituto de la Mujer sacara a la calle la primera campaña para la eliminación de la violencia contra la mujer en España; tiene sentido recordar que hace sólo tres años, el 28 de diciembre de 2004, el Parlamento español aprobó, por unanimidad, la Ley de Protección Integral contra la Violencia de Género.
Desde entonces, más de cuarenta Consejos de Ministros han debatido y aprobado cientos de medidas para combatir esa lacra que nos avergüenza a todos, y para dar apoyo cierto y expectativas a las mujeres víctimas de ella.
Hasta llegar a los algo más de 320 millones destinados en los Presupuestos Generales del Estado de 2008 para combatir la violencia de género, los incrementos anuales han sido constantes, equivalentes al compromiso adquirido. Las medidas contenidas en el Plan Nacional de Sensibilización y Prevención, en el Catálogo de Medidas Urgentes, o el Servicio Telefónico de Información y Asesoramiento, el 016, tienen cumplida respuesta presupuestaria, impulsada, desde su creación, por la Delegación Especial.
Pero eso seria insuficiente si no se hubiera complementado con otras políticas que, de forma transversal, actúan como herramientas eficaces a favor de la convivencia en igualdad y libertad. La apuesta por el empleo, también es una apuesta a favor de la vida y la dignidad. Dentro de las más de 1,5 millones de mujeres que han accedido al empleo en esta Legislatura, están aquellas integradas en los programas dirigidos a las víctimas.
Como apuestas por la vida y por la dignidad son las Leyes como la de la Dependencia, y la de Igualdad Efectiva de Mujeres y Hombres. Leyes que vienen a incidir, de manera positiva, en el cambio cultural a favor de la igualdad, como antídoto contra la violencia. Más de 120.000 padres han disfrutado del nuevo permiso de paternidad de 15 días, desde el pasado mes de marzo. Un dato como síntoma de cambio, como constatación de que aquella “comodidad” que suponía la histórica desigualdad, comienza a desaparecer.
Difícilmente se encuentra un país en Europa más atento al fenómeno de la violencia de género. Vivir en términos de igualdad, de justicia y de libertad cuesta, a los individuos y a las sociedades. A pesar de ello, o precisamente por ello, esa forma de vivir amplía su perspectiva todos los días. Una perspectiva que el Gobierno ha traducido, en este caso, apostando por la vida.
Jesús Caldera
Ministro de Trabajo y Asuntos Sociales
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