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Off the record - 24 septiembre 2007

Off the record - 24 septiembre 2007

domingo 23 de septiembre de 2007, 12:25h
¿UN JUEVES DE EMOCIONES FUERTES?

El jueves 27 puede ser (o no) una fecha de grandes emociones. Ese día, Rodríguez Zapatero estará con Putin, el sanguinario zar ruso que ha resucitado la “guerra fría”. Los tiempos de un socialismo español leal con la estrategia y los valores de la Alianza Atlántica quedarán lejos. El candidato español a presidir el comité militar de la OTAN habrá perdido sus últimas posibilidades, ya reducidas a estas horas.

Es muy posible que el mismo día, sin esperar o para anticiparse a lo que pueda suceder en el partido nacionalista, el lehendakari Ibarretxe plantee formalmente en el Parlamento vasco la convocatoria del referéndum ilegal, es decir, la consulta a los vascos en base a su “derecho a decidir” sobre la soberanía de Euskadi y la autodeterminación. Por el momento no hay más que rumores, pero ¿se completará la jornada en Catalunya con algún acto soberanista de sensible impacto mediático?

Un excelente, profesional y muy experimentado “analista de información” muestra honda inquietud: “No dar toda la importancia que tiene a lo que ha empezado a suceder en Cataluña es un error gravísimo. Incluso sin ETA ni terrorismo callejero, políticamente Cataluña tiene un potencial de influencia en las estructuras del Estado que no lo tiene ninguna otra Comunidad autónoma”.

EL PP ENTRA AL TRAPO DEL POPULISMO

Mientras, crece el desasosiego en los sectores liberales del PP, descontentos con el regreso de dos “populistas”, Arriola y Costa, al núcleo mismo de reflexión del candidato Mariano Rajoy. Allá por las vísperas del triunfo electoral de 1996, cuando se preparaba la campaña, Costa, hombre de afecto y confianza de Rodrigo Rato, mantuvo la postura de que las privatizaciones se podían hacer si se ganaba, pero que llevarlas al programa electoral haría perder votos.

Ahora, uno y otro, Costa y el sociólogo Arriola, consideran necesario que el PP no se quede atrás en el planteamiento de puro marketing que Barroso y los demás asesores de Rodríguez Zapatero han puesto en marcha: segmentación del electorado y ofertas específicas y concretas para cada segmento. Lejos la famosa frase “¡Es la economía, tonto!” de un carismático aspirante Clinton contra un Bush padre en retirada, Arriola y Costa, y por tanto el planteamiento electoral del PP hacia las urnas de marzo, asumen ahora que “¡Es el marketing, tonto!”. Y muchos piensan que pueden tener razón práctica ante un electorado desorientado y desvertebrado.

¿ES VIABLE UNA ALTERNATIVA LIBERAL?


El problema de fondo, argumentan los liberales –partidarios de valores que no están de moda electoral, como la veracidad, la transparencia y la coherencia– es que, en esa carrera a calzón caído de ver quién ofrece más “promociones” a más segmentos de población, el Gobierno sale con muy importante ventaja. Con pesimista sarcasmo, uno de los más destacados nombres liberales del PP sugiere: “Si vamos a ir por ese camino, mejor sería que contratásemos al equipo de marketing de El Corte Inglés, que por lo menos son buenos profesionales y saben lo que la gente ‘compra’ y lo que no”.

De vuelta a la seriedad, se pregunta si no es posible hacer comprensible y explicar bien a la ciudadanía un programa económico serio. “La primera parte de un programa eficaz de comunicación es tener claro lo que se quiere comunicar, y desde luego, no ir a remolque del adversario, cuando además el adversario tiene las manos sobre las palancas del poder y de los presupuestos”, concluye.

¡ES EL MARKETING, TONTO!


Los liberales de Génova habían visto el cielo abierto cuando Rajoy anunció que los tres ejes de su campaña serían la cuestión territorial, la lucha sin cuartel contra el terrorismo y la economía.

Alguien habló de una alternativa de cohesión territorial, política y social, que incluyese un programa económico como el que produjo la “década prodigiosa” de modernización y progreso entre 1994 y 2004, y que incluyera propuestas serias y ambiciosas para la educación, la inmigración, la seguridad, la vivienda, el perfeccionamiento del sistema electoral, transparencia para el régimen de financiación de los partidos y un largo etcétera de temas centrales y sensibles. Pero no, “¡Es el marketing, tonto!”. Se ve que, a un lado y otro del espectro político, abundan los lectores superficiales del sugerente libro que Cristina Martín publicó hacer un par de años sobre el Club Bilderberg.
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